El plan de reestructuración financiera diseñado por Abengoa y los principales acreedores ha sumado adhesiones de bonistas y entidades bancarias tenedoras de más del 75% de la deuda, de modo que la empresa podrá evitar el que habría sido el mayor concurso de acreedores hasta la fecha en España.

Fuentes conocedoras del proceso indicaron a Europa Press que, con datos todavía provisionales, se ha superado ya el porcentaje de adscripciones necesario para sacar adelante el plan de reestructuración financiera.

A las 6,00 horas de ayer se cerró el plazo para que los bonistas suscribiesen al plan, mientras que para el resto de los acreedores se amplió hasta el cierre de la notaría por la tarde.

Las fuentes explican que la adhesión ya contaba con un apoyo suficiente de los acreedores bancarios, de modo que el interés de los bonistas se presentaba como el factor clave para determinar el éxito del proceso.

A la espera de que la empresa comunique oficialmente los resultados de las adhesiones, las acciones de Abengoa tipo B cotizan con una subida del 1,35%, mientras que las tipo A registran un alza inferior, del 0,5%.

Al contar con el apoyo suficiente de los acreedores, el plan de reestructuración permitirá a la empresa disponer de una ruta para su futura viabilidad y cerrará el proceso iniciado hace casi un año, en noviembre del 2015, cuando solicitó el preconcurso acuciada por una deuda de casi 9.000 millones de euros.

En abril, la empresa ya logró una prórroga en las negociaciones de siete meses en el juzgado de lo Mercantil, lo que le permitió ganar tiempo en sus esfuerzos por evitar el concurso.

Los términos de la reestructuración consisten en aplicar a los acreedores una quita del 97% en el valor nominal, manteniéndose el 3% con su vencimiento a diez años, sin devengo anual de intereses y sin posibilidad de capitalización.

Los actuales accionistas verán diluida su participación hasta el 5%, mientras que los inversores que inyecten dinero nuevo se quedarán con el 55% del capital. H