Con un gran sentimiento de alegría y confiando siempre en que España lograría recuperar esa parte de su patrimonio y de su historia, recibió en su domicilio malagueño el historiador y cronista oficial de Cabra, Antonio Moreno Hurtado, la noticia de que un tribunal estadounidense falló a favor de España para recuperar La Mercedes, hundida en 1804 y que Odyssey, la empresa norteamericana buscadora de tesoros, reclamaba como suyo.

Y todo ello porque la documentación aportada por este egabrense ha sido pieza vital y fundamental para la reivindicación española, al demostrar que en aquella venía muchísimo dinero perteneciente a la Corona española procedente de las rentas de Correos, de la Orden de Carlos III, de la recaudación general de impuestos, que solo de la Corona vendrían más de 600.000 monedas, además de que todo lo que venía que era de particulares tenía dos tipos de seguros, uno denominado de impuesto de averías y otro el seguro marítimo, de los cuales se hacía responsable la Corona española, puesto que lo administraba la Casa de Contratación de Indias.

Moreno espera que esta resolución judicial sea definitiva y no ocurra como en el caso de la carga del barco Nuestra Señora de Atocha, muy superior a la de la Mercedes, que duró ocho años y terminó con sentencia favorable para la empresa que la rescató, por renuncia del Gobierno de España.

Los papeles de La Mercedes, cuenta Moreno Hurtado a este periódico, los halló hace varios años en algunos archivos estatales, especialmente en el General de Indias de Sevilla, al objeto de documentarse para su libro Egabrenses en Indias y conoció por la prensa "lo que se decía de las actividades de la empresa Odyssey junto a la playa de la Atunara, entre Sotogrande y La Línea de la Concepción, buscando, aparentemente, los restos del buque inglés Sussex".

Además, añade Moreno que "hay datos que me permiten afirmar que la fragata Mercedes traía una carga superior a lo que decían los libros de la Casa de Contratación y de lo que se certificó tras su hundimiento. Que la mayor parte de las monedas recuperadas eran "flor de cuño", es decir, no habían circulado entre el público y venían a España con un destino no justificado oficialmente".

Todo ello sin olvidar, explica, "que la cantidad que reconoce la empresa Odyssey y deposita en EEUU prácticamente coincide con lo que decían los libros citados, para intentar justificar un viaje comercial, con bienes de particulares y negar el derecho de España a su posesión", añadiendo que "el resto de la carga sigue en el fondo del mar o en algún lugar seguro, hasta ver el resultado del pleito", remarcando que "a pesar de la nueva victoria judicial, todavía no parece oportuno hacer públicos determinados detalles de la carga de la fragata".