En el origen fue el río, una zona de playa fluvial que en los años 60 había cerca del Molino de Martos. Y aquellos veranos de fútbol a orillas del Guadalquivir se convirtieron en encuentros durante todo el año, domingo a domingo. La pandilla inicial dio paso a nuevos jugadores, unos que se iban, otros que llegaban. Y de aquella playa ribereña ya desaparecida se fueron a El Higuerón en el 67, y luego a la Universidad Laboral --a donde regresaron varias veces--, las Quemadillas, los terrenos junto al antiguo Arcángel, el campo nuevo de Miralbaida y, en la actualidad, las instalaciones deportivas municipales Noreña.

Ha cambiado el escenario y las personas, pero cada domingo, desde hace 51 años, llueva o haga sol, el grupo se da cita sobre el césped, organizan los equipos y juegan al fútbol.

Cincuenta años son muchos, pero ha sido hace poco cuando han creado la Peña Cultural y Deportiva Las Quemadillas, con unos 35 integrantes, donde hay representantes de varias generaciones. "Hace unas semanas debutó el nieto de uno de los jugadores. Y ahora coinciden abuelo, padre e hijo", explica Manuel Sánchez, el más veterano, a sus 70 años.

GUARDAMETA A LOS 70

Manuel, a su edad, aún juega cada domingo y lo hace de portero. Sus compañeros le conocen como Albertosi, por un guardameta italiano de los 60 y 70, entre los mejores de Europa. Como Albertosi también es conocido en el sector de la joyería, en concreto en el mundo del diseño, que ha sido el suyo hasta la jubilación.

Pero hoy hablamos de fútbol, un deporte que a Manuel le ha dado mucho. "Entre otras cosas me ha permitido jugar de portero, como hago, a punto de cumplir los 71 años, y eso es algo que merece la pena", dice.

Federico Blanco, empleado en una empresa de joyería, 50 años de edad, se integró en el grupo hace veinte años, cuando regresó de Alemania. Porque Federico, hijo de emigrantes cordobeses, nació y se crió en el país germano, donde jugó en la Unión Deportiva Española de Nuremberg, un equipo que militaba en lo que aquí sería la preferente regional. "Ya en Córdoba, entré por un vecino que jugaba, probé y me picó el gusanillo".

Como Fede, muchos de los integrantes del equipo jugaron en su juventud en algún equipo de más o menos renombre. Pueden presumir, por ejemplo, de haber tenido durante algunas temporadas --ya retirado del fútbol profesional-- a Ramón Tejada, jugador del Real Madrid en los años sesenta.

Por supuesto, en este grupo de amigos unidos por el fútbol, los hay del Madrid, del Barça o del Atlético, "pero ahora, con el Córdoba en Primera, todos somos cordobesistas", señala otro de los integrantes, Roberto Sánchez, peluquero de 40 años, que juega desde los catorce.