Raphael ha estrenado ya, y con éxito, su último disco, por ahora, que le quedan por lo menos cien, y se llama Loco por cantar. Así que servidor de ustedes va a copiarle descaradamente y titular en el día de hoy, de tanta calor, Loco por contar. Que pareciendo lo mismo es casi lo mismo, porque si es el gorrión que canta en la rama del árbol del olivo, servidor es también el viejo pájaro, zorzal, en el álamo tembloroso de la tarde, que cuenta, que es una manera de cantar también.

Porque hay muchas cosas que decir en este domingo en el que estamos aunque el termómetro no lleve sombrero cordobés, que buena falta le haría. El sombrero que es un planeta y con el que veo ahora mismo a ese rapero de nombre difícil que ha resultado ser el mejor rapero, como un armario ropero, el que triunfa en Nueva York, y se lo lleva vivo.

Iré a la tele de Castilla-La Mancha para hablar, claro está, dada la fecha, de Manolete, y diré como siempre lo que de él sepa y sienta, pero desde la admiración y el respeto.

¡Vaya caída de ojos y vaya ojos verdes los de la cordobesa Macarena Gómez ,protagonista de la película Pieles, que está al llegar, y que tiene a la nuestra de cabecera de cartel. Permítanme que les diga. Gloria bendita.

Que leo, rápido, El enigma de la catedral de Córdoba, donde un día pronunció mi nombre Miguel Castillejo, cuya fundación va siempre viento en popa. Y que les diré una sorpresa. Que encuentro entre los libros recibidos este que se llama Espiritualidad en Luis de Góngora, escrito por don Miguel. Me lo manda la presidenta de su fundación, doña Joaquina. Ha sido para mí una sorpresa este libro póstumo, Córdoba de todas formas.

Como en la doble dedicatoria, de libro y carta, de nuestro cura Antonio Gil en su libro, que le pedí en su momento y que me llega y me refresca, Meditaciones para periodistas y poetas… De Almuzara, claro, la nuestra. Refrescante, verdadero, primo hermano de mi sentimiento y mi pesamiento.

Ah, y que no se me pase. Veo que en Sálvame han copiado, con dignidad y verdad, que no es poco, el cuadro de don Julio Romero de Torres La chiquita piconera, removiendo su brasero. Que no todo el mundo puede decir lo que aquí digo: que la entrevisté en la Judería, en su tiempo, hace tantos años. María Teresa López, niña grande con hermosa historia, se nos fue pero quedó su leyenda. En fin, la han reeencarnado ahora en el rostro de una de las grandes del programa. De lo que me alegro tanto, porque está muy bien hecho por un joven pintor de nombre italiano. Enhorabuena.

Les cuento también del bautizo del ultimo vástago de Gema Ruiz, ya saben que, dicho sea de paso, está cada día mas bella.

A veces recuerdo mi tiempo de espigador, cuando era niño. Recogía las espigas que dejaban los segadores, siempre, siempre, andaluces, por eso a veces me echo al campo del Twitter ese y encuentro cosas.

Meditemos un instante, pero poco, que hay que seguir dándole a los ventiladores. ¿Es correcta, por cierto, la definición del sabio maestro de los sabores, Pablo Amate, que ha dicho el otro día en una conferencia en Malta esta definición del salmorejo?

--Es un gazpacho pero sin agua.

Podríamos matizar, claro, porque yo he probado ya, me ha costado mucho trabajo hacerlo, en el AVE, el otro día, por la tarde, el salmorejo, dentro de un cartón. No estaba mal, pero le faltaba el toque, la artesanía, de la mano de tu madre. De tu esposa. De tu novia, de tu abuela.

Y desde luego, y termino, antes de dar las gracias a todos los de ese paisaje, que es el mío, por las felicitaciones por la Medalla de Oro del Trabajo de la que dio buena cuenta nuestro periódico, y que me han concedido, junto a Pau Gasol y María Teresa Campos, entre otros, ya saben, y debo ser agradecido. Y siento la alegría más grande al comprobar que mi buen amigo Pedro López, que tanto me ayudó, aguantando, en la caja de ahorros del sur, y que ha merecido ser el presidente del Cículo de la Amistad, joya viva en todos los aspectos de la cultura, el arte, y la confraternidad cordobesa.

Suerte, Pedro, y ya sabes, cuenta siempre conmigo, y echando mucho de menos tu hermosa voz de tenor, de algunas noches de luna... luna de Córdoba, la luna como ninguna.

Eso sí, mi aplauso fervoroso por la hermosa fiesta de los Cordobeses del año, a todos, y reunidos todos en esa pintora excepcional, María José Ruiz, que acabo de descubrir, y a la que no tengo el gusto aún de conocer personalmente, pero sí su obra, y a la que acabo de ver en un avance de su exposición de Lucena. ¡Vaya pedazo de pintora en esa tierra de buenos pintores!

Los da la tierra, ya saben.