Tu historia a tus pies. Eso es lo que te propone marianloveshoes, la firma de Mª Ángeles Redondo López, una joven artista licenciada en Bellas Artes, nacida en Pozoblanco y afincada en Madrid que está revolucionando el mundo del calzado plasmando vivencias únicas en zapatos únicos pintados a mano que quedarán en el recuerdo de quienes los lucen como joyas con verdadera alma. Tiene clientes incluso en Europa y Norteamérica, que le piden zapatos personalizados para bebés, novias, amigas o parejas a quien sorprender. Las mejores revistas femeninas nacionales e internacionales se han hecho eco de su trabajo.

-¿Cómo surge esta idea?

-Estudié Bellas Artes y desde cuarto de carrera empecé a hacer obras con zapatos como un objeto artístico, no sobre el diseño sino sobre el concepto, lo que contaban los zapatos. Y la idea surgió de una manera natural, en una etapa en la que yo estaba algo saturada del arte contemporáneo de Madrid, donde ya trabaja en el plano profesional como artista en galerías. Entonces les pinté a mis primas pequeñas unos zapatos, les conté un cuento y me gustó la idea. Empecé a investigar lo que se estaba haciendo en este campo y encontré a una chica que organizaba bodas y buscaba a alguien en España que le pintase sus zapatos; le escribí, me los envió y así comencé. Empezaron a llegar encargos, pero el proceso era lento y le dije a Diego, mi chico, que había que empezar a moverse de otra manera. Busqué y encontré una fábrica de zapatos en Elche, donde me hacen los modelos de zapatos que yo he diseñado.

-Son zapatos solo para mujer?

-Para mujer y bebés, cuando los saqué hice una web con tienda on line para el día de las madres. Ese fue el comienzo de todo.

-Cuentas muchas historias. ¿Cuál es tu preferida?

-Estos que estoy pintando ahora son un encargo de un marido para regalárselos a su mujer, que ha perdido a su bebé. Estoy pintando el Balcón de Europa en Nerja, un sitio especial para ella. Esta historia me ha tocado la fibra. Tengo que decir que cuando me encargan los hombres es muy bonito, porque las mujeres somos más exigentes.

-¿Qué proceso sigues?

-Los clientes me cuentan su historia por e-mail, les doy unas cuantas opciones con una frase que a veces me dan ellos con un significado muy personal y, una vez que me confirman colores y tipografía, yo se los pinto. El proceso, si es el zapato de colección para fechas concretas como el Día de la Madre, para las que utilizo plantillas y es un dibujo único, está terminado en cuatro o cinco días, solo hay que personalizarlos. Sin son por encargo, dura unos dos meses máximo. En pintarlos empleo dos semanas. Tardo tanto porque tengo que hablar mucho con ellos, saber lo que quieren, hasta que no lo veo claro no pinto. Y antes de todo eso les envío por mensajería los zapatos para que se los prueben y veamos que les quedan bien.

-¿Cuáles van a ser tus siguientes pasos?

-Estoy inmersa en acabar el doctorado y hacer que crezca este proyecto, buscar un estudio donde recibir a los clientes y que puedan ver personalmente los trabajos, porque ahora trabajo con mensajería. Además, tengo otros proyectos en este campo.

Marian, como se la conoce familiarmente, es una enamorada de Pozoblanco, como demuestra en su blog, donde también cuenta historias de su tierra y la emoción que siente cuando sus paisanos le encargan zapatos: «¡Vuelvo siempre que puedo!», dice. La firma marianloveshoes nos recuerda que nuestros zapatos dicen mucho de nosostros mismos y la joven artista ha creado un emotivo mundo en torno a ellos, disfrútenlos.