El Córdoba que «celebraba la salvación en las últimas jornadas» parece volver, aunque en esta ocasión, la afición no lo ha festejado como entonces. Mucho tiene que ver con la política en general del club, pero también con lo vivido en el último lustro largo. Desde el ascenso en Cartagena, el Córdoba ha disputado con ésta 15 temporadas en la categoría de plata del fútbol español. En una ocasión se descendió a Segunda B, en la 2004/05, y se permaneció en el pozo dos campañas, mientras que en otra, en la 2013/14, se consiguió el ascenso a Primera tras más de 40 años de ausencia. En las temporadas 2011/12 y 2015/16, bajo las órdenes de Paco Jémez y José Luis Oltra, el Córdoba disputó las eliminatorias de ascenso a Primera, quedándose en ambas en la semifinal. Jémez cayó ante el Valladolid y Oltra, ante el Girona.

En cuatro de las 11 restantes, el conjunto blanquiverde logró salvarse matemáticamente en la jornada 40 o antes de ésta. La última ocasión, en la campaña 2008/09, con Luna Eslava en el banquillo tras haber relevado a José González. Entonces, el triunfo blanquiverde en El Arcángel por 4-1 ante Las Palmas certificó numéricamente una permanencia que por diversas fases de la temporada estuvo más que en peligro. También hay que señalar que en aquella temporada el peligro anduvo más lejano en la última fase de Liga, ya que, por ejemplo, la ventaja blanquiverde con el descenso era de siete puntos cuando faltaban 12 por jugarse. Es decir, que hacía prácticamente una década que en la entidad blanquiverde no se sufría con la amenaza del descenso como se ha sufrido en ésta, a falta aún de ese punto que logre la ansiada permanencia de forma matemática.

También en la jornada 40 se logró numéricamente la salvación en la temporada 2001/02, después de que pasaran por el banquillo cordobesista hasta cuatro entrenadores. Por orden: Verdugo, Crispi, Pepe Murcia y García Remón, que fue el que cerró la campaña.

Asimismo, el Córdoba consiguió la tranquilidad unas jornadas antes en sus dos campañas primeras después del ascenso logrado en Cartagena en 1999. En la temporada de su regreso, el Córdoba de Escalante, que mantenía una base de casi una docena de jugadores de la tierra, se salvó matemáticamente en la jornada 39, aunque hay que recordar que la distancia de los blanquiverdes con el descenso, ya desde la jornada 34, por ejemplo, era nada menos que de 13 puntos. Es decir, matemáticamente no se logró la permanencia hasta tres jornadas del final, pero la tranquilidad reinaba en el seno cordobesista desde dos meses antes de finalizar la Liga.

TRANQUILIDAD /Algo parecido ocurrió en la 2000/01, en la que se certificó la permanencia en la jornada 37, aunque ya se pensaba en la siguiente campaña desde mucho antes.

Por lo tanto, quedan sólo seis campañas en las que se ha logrado la permanencia de manera matemática en la penúltima o en la última jornada. En el segundo grupo, las salvaciones conseguidas en Getafe y Leganés (2002/03 y siguiente) y, por supuesto, la obtenida en Anoeta, con aquel empate ante la Real Sociedad y el penalti fallado por Abraham Paz en Alicante. Las otras dos, ambas en la penúltima jornada, firmadas ambas por Lucas Alcaraz, aunque con muy distinto cariz. La primera, en la 2009/10, ante el Real Unión de Irún (4-0), con un equipo que, teóricamente, estaba en construcción. La segunda, en la 2010/11, con aquel 2-0 ante Las Palmas, también en El Arcángel, con un club ya metido en el concurso de acreedores y con no pocos problemas económicos.

Por lo tanto, la sexta ocasión en la que el Córdoba aún estará en peligro a falta de jugarse 180 minutos de Liga será en esta temporada, en la que ojalá el último encuentro en El Arcángel, contra el Girona, suponga un mero trámite. También puede ocurrir lo mismo que en las campañas referidas de Lucas Alcaraz. Es decir, que los blanquiverdes hagan pleno de puntos en estas dos últimas jornadas, se vayan a los 55 puntos y queden incluso por encima del puesto 12, que es el lugar en la tabla que debería ocupar en función de lo que marca el límite salarial de la plantilla deportiva señalado por la LFP el pasado verano. En cualquier caso, andará muy cerca de él. Señal clara del techo -no de cristal, precisamente- al que podía aspirar el Córdoba en esta campaña.