El mejor psicólogo para un profesional o un buen aficionado es el fútbol. Este nos dice que un partido no se mide por minutos, se mide por momentos, momentos que se transforman en mini partidos que hay que manejar, que administrar, que rentabilizar y... que ganar los que sean más importantes dentro del mismo partido (control de juego, control del partido, equilibrio, intensidad, saber cuándo parar y cuándo no dar tregua al contrario, saber dar solución a situaciones difíciles que requieren respuesta rápida, etcétera) y el Córdoba nos mostró muchos de estos conceptos ayer frente al Rayo Vallecano.

En fútbol queda mucho que descubrir, que investigar, que aprender y que mejorar. Posiblemente sea el más inexacto de todos los deportes (en milésimas de segundos puede cambiar todo), en ocasiones el que gana un partido no es el mejor de ese partido, es el que sabe administrar esos "mini partidos" dentro de un partido.

Decía M. Viscidi que la clave en un partido está entre el grado de peligrosidad que pueda generar un equipo, menos el grado de riesgo asumido de ese equipo, esto establece el grado de eficacia de cada equipo. En Italia o Inglaterra se ganan los campeonatos gracias al equilibrio que se mantengan dentro de los conceptos defensivos.

El Córdoba frente al Rayo supo administrar y conjugar ese grado de eficacia, peligrosidad (contras interesantes), y ese control de riesgo asumido durante los noventa minutos. Supo atacar los espacios cuando el Rayo se desprotegió en defensa, mantuvo buen orden y equilibrio, dio buena lectura al partido y realizó buen trabajo colectivo.

En fútbol, el secreto del éxito no está en seguir haciendo lo que funciona, está en seguir trabajando, evolucionando y mejorando lo que te funciona. ¡A seguir creciendo como equipo y como club!