El sentir popular, expresado con una sola y única voz, como señala la entonces alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, entroniza a Manuel Benítez El Cordobés como quinto califa del toreo en octubre del 2002, hace ahora 14 años. La proclamación, efectuada el 23 de aquel mes por el Ayuntamiento, al aprobarse por unanimidad de todos los partidos políticos con representación institucional una declaración en la que se asume el reconocimiento solicitado por iniciativa popular, es el punto y final a un proceso que se inicia a finales de junio de aquel año al calor de la despedida de los ruedos del diestro. Una comisión creada al efecto recaba durante meses numerosas adhesiones de los diferentes estamentos ciudadanos y, por supuesto, del mundo del toro. Finalmente, El Cordobés es elevado a los altares taurinos el 29 de octubre. Desde ese día, Benítez comparte la máxima distinción del toreo cordobés junto a Lagartijo, Guerrita, Machaquito y Manolete.

En un multitudinario acto celebrado en el Alcázar de los Reyes Cristianos, al que asisten toreros de todas las épocas, como Gregorio Sánchez, Pedrés, El Viti, Litri, Paco Camino, José Tomás, El Juli, Espartaco y todos los espadas cordobeses -retirados y en activo-, El Cordobés agradece la proclamación a su más puro estilo, en un discurso tan embarullado como sincero y plagado de notas de humor. «Es algo tan grande que no lo puedo poner en ningún sitio», asegura entre risas, al tiempo que tiene un recuerdo para sus predecesores: «Ellos no lo pudieron disfrutar en vida. Que me esperen allí arriba, pero que no tengan prisa», añade ocurrente. Arropado por toda Córdoba y el mundo del toro -que no duda en reconocer sus extraordinarios méritos para ser nombrado califa-, Benítez recibe un medallón conmemorativo con los arcos del Mihrab, un estoque y la efigie del califa. Eso y también una tarea. Y es que Rosa Aguilar le anima a cumplir un difícil reto, «quizás -le advierte- el más difícil de su vida»: «Saber ejercer como califa». Hoy, el gran revolucionario del toreo que fue El Cordobés sigue siendo genio y figura.