Bombardeados por el comercio en unas navidades que ya no empiezan en diciembre sino en noviembre, no podemos olvidar que la decisión final siempre es del consumidor. Nadie escapa a la influencia de técnicas de la neurociencia que ofrecen una historia de un producto ideal para cada persona. Sin embargo, miremos el IPC y constataremos que supuestas ofertas, muchas veces, son lo contrario.