Para luchar contra una lacra que afecta sobre todo a jóvenes, pero también a mujeres de mediana edad, "sería necesario mejorar las campañas de prevención, tendentes a cambiar los sistemas de valores y prioridades de la sociedad actual, con la implicación conjunta de los profesionales sanitarios, educativos y los medios de comunicación. Hace unos años se empezaron a usar nuevos diseños asistenciales para dar una respuesta más eficaz y organizada a la enfermedad y se lanzaron campañas preventivas en los medios de comunicación y en los centros educativos y sociales, con lo que se logró una disminución del número de casos", indica Teresa Guijarro. "En consulta comprobábamos que las chicas consultaban pronto sobre estas enfermedades, porque sabían que se estaban metiendo en un grave problema. Sin embargo, las campañas preventivas incidían en la gravedad de los TCA, pero no en sus causas. Dos de estos factores, que siguen persistiendo en la actualidad, es que la imagen ideal de la sociedad es la de una mujer muy delgada, sumado a la preocupación excesiva por la estética, por encima de cualquier otro valor. La televisión, cine, publicidad o internet nos transmiten esta percepción. Por eso, la reducción de casos de TCA no se consolida o se trunca en incremento en cuanto las campañas preventivas se relajan", incide Guijarro.