Fútbol

La revancha de Rüdiger, un jugador "con huevos" para marcar el penalti decisivo del Real Madrid

Ancelotti y su hijo se decantaron por el alemán para el quinto lanzamiento, después de que Valverde pidiera no tirar

El año pasado, su suplencia en la vuelta contra el Manchester City tras brillar en la ida secando a Haaland le enfureció

Antonio Rudiger.

Antonio Rudiger. / AP

Sergio R. Viñas

Antonio Rüdiger tenía una deuda consigo mismo, con el Manchester City, con Carlo Ancelotti. La temporada pasada, en esta misma eliminatoria de Champions que ahora el Real Madrid ha superado con la máxima de las agonías, el central alemán cuajó un partido soberbio en la ida en el Santiago Bernabéu secando a Erling Haaland, entonces completamente desatado como goleador. Pero en el partido de vuelta...

Éder Militão, sancionado para la ida, estaba ya disponible para el encuentro del Etihad de hace 11 meses y Ancelotti se decantó por él, relegando a Rüdiger al banquillo. Aquel partido, ya se sabe, terminó con un contundente 4-0 que condujo al City a la final que acabaría ganando contra el Inter de Milán. Depresión para el madridismo y cabreo monumental del central alemán con su entrenador, que se sentía (con razón) que se había ganado el crédito para volver a jugar ese partido.

Titular indiscutible esta temporada

La situación, un año después, es muy distinta. Lesionados durante casi toda la temporada tanto Militão como AlabaRüdiger ha adquirido la condición de titular indiscutible en la zaga blanca. Y no solo porque la escasez de competencia, sino porque sus actuaciones le han ido acreditando como uno de los mejores futbolistas del Real Madrid en este curso de máxima exigencia para él.

Contra el Manchester City, de nuevo tuvo que vérselas con Haaland, tanto en la ida como en la vuelta. No hay en el mundo un desafío mayor para un defensa central que el que presenta el delantero noruego. Y, sin embargo, Rüdiger cumplió tanto en Madrid como en Manchester, minimizando al mejor ariete del planeta, ese que golea contra todos los equipos salvo frente al Real Madrid.

Los lanzadores de penaltis

Así que, cuando llegó el momento decisivo, el de los penaltis, Carlo Ancelotti y su hijo y asistente, Davide, pusieron sus ojos en él. Bueno, en realidad no lo hicieron en un primer vistazo. Davide preparó la lista de lanzadores y tuvo claro que dos de los elegidos tenían que ser Modric (el único que falló) y Bellingham, dos especialistas. A partir de ahí, sumó al listado el buen pie de Lucas Vázquez y la jerarquía y el aplomo de Nacho y Valverde.

El uruguayo, sin embargo, rechazó el encargo. El propio Ancelotti, en una zona mixta improvisada con cierto cabreo al comprobar que Guardiola se le había adelantado en la sala de prensa (el protocolo dicta que primero habla el entrenador visitante), explicó que Valverde le transmitió que estaba "muy cansado" después de los 120 minutos y que no se sentía con la confianza y la energía necesarias para lanzar el último penalti de la tanda.

"Un jugador con huevos"

Fue entonces cuando el cuerpo técnico del Real Madrid giró su mirada hacia Rüdiger. Había otros candidatos que, a priori, podían dar más seguridad en la ejecución técnicas, como Brahim o Camavinga. "Antonio es un jugador con huevos", argumentaba Davide en la zona mixta del Etihad, en una inusual comparecencia ante los medios del hijo de Carlo.

La condición de decisivo del quinto penalti asignado a Rüdiger se cumplió. Modric falló el primero del Madrid, pero posteriormente erraron Bernardo Silva y Kovacic para el City. Si el alemán marcaba, el Real Madrid estaba en semifinales. Y lo hizo con la confianza y el aplomo del más experimentado de los lanzadores. Revancha completada.