"'La sociedad de la nieve' muestra a los jóvenes que la vida puede ser efímera a los 20 años"

Hay quien llega a la literatura por aburrimiento, quien se entrega a la lectura por culpa de la soledad y quien lo hace buscando un poco de empatía. La sociedad de la nieve es un ejemplo de cómo la empatía puede convocar a las masas en torno a un libro. Pablo Vierci, autor de la obra que Juan A. Bayona transformó con su ayuda en una película casi oscarizada, un filme que ya vieron más de 250 millones de personas a través de Netflix, ha pasado este jueves por Córdoba para hablar de su libro y de su película (él es también el productor) y lanzar un mensaje de esperanza en el ser humano a los jóvenes que no la tienen. 

«En la sociedad de la nieve, los códigos eran completamente diferentes a la sociedad de los vivos, donde lo que se apreciaba no era algo material, sino intangibles como ser todos iguales, pensar en el grupo, ser fraternos, prodigar afectos o abrigar ilusiones. Por eso lo que más quiero en la vida es rescatar esa sociedad de la montaña, ese experimento de comportamiento humano único que funcionó en base a los cinco conceptos más sencillos que puedo imaginar: equipo, persistencia, afectos, inteligencia, y, sobre todo, esperanza». Son palabras de Roberto Canessa, uno de los supervivientes de la tragedia de Los Andes recogidas por Vierci, amigo personal de los jugadores e hinchas del club de rugby Old Christians que viajaban en el avión que el 13 de octubre de 1972 se estrelló contra el valle de las Lágrimas en los Andes y que dio lugar a una de las historias reales más estremecedoras jamás contadas. Treinta y seis años después de aquella «tragedia» que acabó con la vida de 29 chavales o de aquel «milagro» que permitió que otros 16 sobrevivieran, Vierci viajó con los supervivientes al lugar de los hechos para rememorar lo que vivieron. Gracias a la película, muchos jóvenes han descubierto ahora el libro y su filosofía.

Aquellos jóvenes «sintieron que la vida seguía sin ellos» y eso «les hizo empatizar, ser conscientes de que solo les quedaba el presente y cumplir normas no escritas como no quejarse y colaborar»

Para el autor, la clave de esa conexión masiva entre lo ocurrido hace 52 años y los jóvenes de hoy está justo en «mostrar que la vida puede ser efímera a los veinte años y que hay que darlo todo en el día a día». Una sensación que muchos de los que ahora tienen veintipocos años, como los pasajeros de aquel avión, han experimentado durante la pandemia. «La historia muestra cómo juntos podemos llegar muy lejos», señala el periodista y escritor, que agradeció la acogida de Andalucía, donde se rodó buena parte de la película, aludiendo también al espíritu de hermanamiento surgido entre España y Sudamérica por la defensa que se hace del español como idioma universal, por más que en Hollywood no hayan tenido el detalle de reconocerlo.

Durante su charla en la Fundación Cajasur, ante un auditorio abarrotado de público de todas las edades, Pablo Vierci explicó las conexiones espontáneas surgidas entre Bayona y él primero, y entre los actores que interpretan a los personajes de la película, elegidos todos porque de algún modo les recordaban a los protagonistas reales. «Hemos querido ser muy fieles con los detalles porque los detalles son relevantes cuando estás comprometido con la verdad». En opinión del creador de La sociedad de la nieve, lo ocurrido allí, la explosión de generosidad y solidaridad que experimentaron quienes estuvieron en Los Andes «solo se puede entender desde la sensación de estar solos en el cosmos, en el fin del mundo, y la certeza de estar abandonados tras escuchar en la radio que se suspendía su búsqueda». Aquellos jóvenes «sintieron que la vida seguía sin ellos» y eso «les hizo empatizar, ser conscientes de que solo les quedaba el presente y cumplir normas no escritas como no quejarse y colaborar». Para Vierci, «la película demuestra que el amor se entrena».

Lo de menos en su libro y en el filme es la necrofagia, el hecho de comer carne de un cadáver, aseguró, «ya nadie se escandaliza ni se echa las manos a la cabeza por esto, lo que demuestra que la sociedad ha avanzado y ha comprendido que fue un acto de generosidad de quienes se ofrecieron a los otros para que siguieran adelante y no de morbo».

Durante la conversación y gracias a las preguntas de los cordobeses que asistieron al acto, Pablo Vierci expuso que la frase que más le impactó en sus entrevistas con los supervivientes fue:«Nunca fuimos mejores personas que en la montaña», una idea que resume su tesis principal de que «en la situación más extrema, cuando se nos despoja de todo, sale lo mejor del ser humano». También cuestionó a quienes piensan que lo ocurrido con estos chicos no se habría producido en un vuelo comercial con gente de distintas culturas y procedencias. «No tengo derecho a pensar que hubiera ocurrido algo distinto», sentenció. Para él, «no existe lo imposible, somos nosotros los que nos ponemos los límites y tampoco la muerte es definitiva».