Carmen, Antonio Ruiz, Antonio Fernández, Lydia, Gabriel y Juan Francisco comparten horas de rehabilitación respiratoria en el Reina Sofía y un trasplante pulmonar que les ha devuelto la vida. Tras recibir cada uno una donación generosa y ponerse, según ellos, "en las manos del mejor hospital", ahora se recuperan bajo la supervisión de las fisioterapeutas Lola Prieto y Manuela Mejías y de la auxiliar María Angeles Murillo.

Las enfermedades pulmonares más comunes que pueden derivar en la necesidad de un trasplante son el enfisema, la fibrosis quística, fibrosis pulmonar e hipertensión.

Lydia Gómez es la más joven. Tiene 24 años y es de Olvera (Cádiz). "A los 9 meses me diagnosticaron fibrosis quística, que fue a peor hace 4 años. El 11 de septiembre me trasplantaron y ese día pasó a ser mi segundo cumpleaños", apunta. Lydia vive en Córdoba en un piso de acogida de Cáritas, al igual que Gabriel, un electricista de Fuengirola de 50 años, que sufría una fibrosis pulmonar idiopática. También presentaba una fibrosis pulmonar la cordobesa Carmen Vargas, de 65 años, una ama de casa "muy trabajadora", a la que se le presentó esta dolencia a los 60 años, a pesar de llevar una vida saludable. Por su parte, un enfisema pulmonar fue la patología que hizo que necesitasen un injerto Antonio Ruiz, policía nacional de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) y Juan Francisco Ramos, soldador de Benalmádena. "En la operación se pasa mal, pero si pones de tu parte para recuperarte lo logras", resalta Carmen, en nombre del resto.