José Pérez trabaja desde hace tiempo como voluntario en el banco de alimentos de Cruz Roja, donde echa una mano a personas que están sufriendo la exclusión social y los efectos de la crisis. "Hablo mucho con ellos, para algunos son un ejemplo de que se puede estar en la calle y salir, quién me lo iba a decir a mí hace unos años". También acude casi a diario al culto de la iglesia baptista de Cañero, a la que intenta atraer a otros que aún siguen en la calle. "Después de tantos años, he encontrado la paz así, me siento bien ahora que puedo ayudar a otras personas, y ojalá llegue un día en el que nadie tenga que dormir en la calle", confiesa sincero.