A los problemas ocasionados por la sequía o los bajos precios hay que unir un nuevo sobresalto. La subida del IVA, que se practicará a partir del 1 de septiembre en una amplia gama de productos y servicios, también tendrá especial incidencia en el campo. Uno de los sobrecostes más importantes afectará a los inputs agrarios. Así, la energía eléctrica, los carburantes o la maquinaria pasarán del 18 al 21 por ciento. También subirá en fertilizantes, fitosanitarios, semillas, plantones, piensos o servicios veterinarios, que aumentará del 8 al 10%. Y hay más, pero para qué vamos a seguir amargándonos.