Puede que no sea una catástrofe, pero sin duda el que el Cristo de las Penas no procesione un año sí que es un drama íntimo para el barrio de Santiago. Y eso ocurrió ayer. El tiempo fue inclemente incluso para conseguir tras el cálido invierno camelias para La Virgen de la Concepción. Solo en las jarritas del frontal había un recuerdo, mientras que las rosas blancas ocupaban este año la mayoría del exorno que otros años protagonizaban las clásicas camelias. Por su parte, el Cristo de las Penas, el decano de las imágenes que procesionan en Córdoba, mantenía este año su característico calvario de iris morado, en medio del cual destacaba una rosa roja en recuerdo a los difuntos de la hermandad.