27 de mayo de 2020, en plena pandemia de coronavirus “el acusado la lanzó al vació cayendo y golpeándose contra un pozo, especialmente en la cabeza y en la espalda, quedando inmóvil y tirada en el suelo boca abajo”. “Él bajó y le dijo ’zorra, ¿te has muerto ya?’, volviéndola a agredir con patadas, golpes y un palo en varias partes del cuerpo, en especial en las manos y en las piernas”. Lo describe la sentencia. Pero le absuelve incluso de tentativa de homicidio porque según el fiscal, Pedro Muñoz se arrepintió y llamó al 112. La sentencia explica el comportamiento violento e intimidante, las amenazas, humillaciones, agresiones físicas y maltratos para menospreciarla, humillarla, anularla, denigrarla, controlarla y dominarla. El acusado dice que impulsó a una relación tóxica creando un ambiente de terror con amenazas de muerte. Raquel, abogada formada en violencia de género, solo podía trabajar en el partido político de su maltratador, veía a escondidas a su familia y se maquillaba o se cubría las partes lesionadas. El día que la tiró por el balcón, ella por fin había hecho la maleta para abandonarlo.