Probablemente ya te has dado cuenta pero, a diferencia de otras plataformas, en Twitter se permite la publicación de contenidos pornográficos. Esta pasada primavera, la compañía quiso ir más allá y estudió la posibilidad de monetizar los vídeos sexuales, un cambio radical que no prosperó debido a las dificultades para detectar con precisión y bloquear la explotación sexual infantil o los desnudos no consentidos, según ha informado el portal estadounidense The Verge.

La propuesta que Twitter puso entonces sobre la mesa pasaba por permitir a los creadores de contenido adulto vender suscripciones de pago a los usuarios que quisiesen tener acceso a su intimidad, el mismo modelo que ha catapultado a la plataforma OnlyFans. Twitter se habría quedado con una parte de esas suscripciones. Ejecutivos de la compañía señalaron que, de adoptar esa medida, se arriesgarían a perder el apoyo de muchos anunciantes publicitarios, su principal negocio, pero que el nuevo negocio porno les habría permitido compensar esas posibles pérdidas.

Antes de tomar una decisión tan drástica, Twitter creó juntó a 84 empleados que estudiarían al detalle la viabilidad de la propuesta. El pasado abril, el llamado 'Equipo Rojo' concluyó que la falta de capacidad de la plataforma por vigilar eficazmente los contenidos nocivos hacía imposible poder crear un modelo de suscripción para contenido pornográfico como OnlyFans. "Twitter no puede detectar con precisión la explotación sexual infantil y los desnudos no consentidos a escala", señalaron el pasado abril en un documento interno al que The Verge ha tenido acceso.

Explotación sexual de menores

El equipo remarcó que Twitter carecía de herramientas para evitar la proliferación de contenido ilícito sobre menores —algo que ya sucede en la actualidad— o para detectar la edad real de los creadores de contenido sexual. Saltar al negocio porno acentuaría esa problemática, concluyeron. Esas advertencias sobre la seguridad de los niños es lo que hizo descarrilar el proyecto, que se pausó indefinidamente en mayo, poco después que la directiva de Twitter y el magnate tecnológico Elon Musk acordasen su compra de la red social por 44.000 millones de dólares (unos 41.000 millones de euros).

Aún así, Twitter sigue teniendo un problema mayúsculo con la explotación sexual de menores. La investigación de The Verge señala que la directiva de la plataforma "está haciendo poco para solucionarlo" a pesar de las advertencias de sus empleados, que llevan años pidiendo a sus jefes mejorar las herramientas para la detección de pornografía infantil.

Con 229 millones de usuarios al día, Twitter es una de las redes sociales más usadas del planeta. Sin embargo, la plataforma no ha logrado obtener beneficios en ocho de los últimos diez años. Ese inestable modelo de negocio ha hecho que Twitter invierta menos en la moderación de contenidos que sus competidores, como Facebook. Varios empleados han señalado a de The Verge que la compañía trabaja con tecnologías son "frágiles e ineficientes", lo que la lleva a no detectar una "cantidad considerable" de contenido ilegal.

"Hoy en día no podemos identificar proactivamente el contenido violento y tenemos [políticas] de contenido para adultos inconsistentes y su aplicación", escribió el 'Equipo Rojo' en su informe interno. "Tenemos capacidades de seguridad débiles para mantener los productos seguros".