La compra de Twitter por el multimillonario sudafricano Elon Musk no solo es una de las mayores operaciones tecnológicas de la historia, sino que también despierta muchas dudas respecto al futuro de la plataforma.

El fundador de Tesla, nacionalizado canadiense y estadounidense, ya ha apuntado de diversas formas que no le gustan las actuales normas de la red social, que considera demasiado restrictivas, y ha defendido un modelo más laxo, que respete su idea de libertad de expresión.

Sus críticas ya despertaron muchos recelos antes de la adquisición de la compañía, incluso entre los mismos empleados de Twitter, preocupados por la posibilidad de que el magnate cambie sus normas éticas de publicación, incluido el veto al expresidente de EEUU, Donald Trump, por considerar que sus mensajes instigaron el asalto al Capitolio en enero de 2021.

En la carta con la que oficializó su oferta de compra, Musk aseguraba que Twitter necesita transformarse en una empresa "privada" -que no cotice en bolsa- ya que, en su opinión, no puede "ni prosperar ni servir" a la libertad de expresión en su estado actual.

En la misiva, Musk expresaba la idea de que la empresa tenía un gran "potencial para ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo". "Creo que es un imperativo social para el funcionamiento de la democracia", insistía. Pero subrayó que la empresa "no prosperaría ni cumpliría con este imperativo social en su forma actual". "Twitter necesita transformarse", concluía.

Musk llegó incluso a plantear en marzo una encuesta desde su propia cuenta de Twitter en la que preguntaba a los sus usuarios si creían que la red social defendía el principio de libertad de expresión, en cuya definición no entraba.

En esa consulta, más de un 70% de los usuarios votó 'no'. Sólo días después, Musk entró Twitter al comprar el 9,2% de los acciones de la compañía, convirtiéndose así en su máximo accionista.

Los planes inmediatos

Pero más allá de sus intenciones respecto a los valores de la plataforma, Musk sopesa introducir otro tipo de cambios en la red. Entre ellos estaría la idea de promover cuentas de pago, así como eliminar las redes de bots y el spam. También ha deslizado su pretensión de abrir el código de la red, para que todo el mundo pueda conocer los algoritmos con los que funciona, además de incluir una función para poder editar los tuits unos segundos tras su publicación.