Todos abrimos alimentos que no nos terminamos de comer y guardamos de nuevo en la nevera, sin embargo, hay algunos con los que, bajo ningún concepto, se puede hacerse eso. Te explicamos cuáles son.
Los alimentos que odian la nevera
Estos son los alimentos o productos que no puedes dejar abiertos en el frigorífico.
Sandía
Ni el melón ni la sandía son frutas que se conserven bien en frío. Es típico cortar una rodaja de sandía y dejar el resto en la nevera, sin embargo, si está a una temperatura muy baja, ambas frutas perderán su sabor, además de antioxidantes.
Alimentos sin tapa
Es normal que abras la lata o el envase de algún producto, no te lo acabes y lo metas de nuevo en la nevera. En este punto es vital meterlo con su tapa correspondiente o en algún recipiente cerrado, ya que, de lo contrario, se secará o se contaminará.
Latas abiertas
Por un motivo similar que en el caso anterior, si no te terminas una lata no debes volverla a meter en la nevera, ya que el contacto entre la propia lata, el oxígeno y el alimento, puede producir óxido.
Tomate
El tomate a temperatura ambiente sigue con su proceso de maduración, por lo que acumula una mayor cantidad de compuestos que potencian su aroma y sabor. Todo lo contrario se da en la nevera, de hecho un estudio señaló que a unos 4 grados de temperatura pierde sus propiedades.
Plátanos
Ocurre lo mismo que con los tomates, necesitan luz y una temperatura más alta que la que ofrece el frigorífico para madurar, lo que no se conseguirá si se meten en la nevera. Además, se pudrirán antes.
Carne cocinada hace más de tres días
Por último dejamos el que es probablemente el caso más obvio de alimentos que no se deben dejar en la nevera. Y es que la carne, en especial en pollo y la ternera, si han pasado más de tres días desde que se cocinaron, comienzan a descomponerse y a estropearse.