Michelle 'superstar'

Las giras promocionales de los grandes libros que se publican en EEUU tienden a hacer parada en las librerías de renombre de las principales capitales. En casos extraordinarios, se llenan teatros para escuchar al autor, como pasó con las últimas memorias de Hillary Clinton. Y luego está Michelle Obama, que parece jugar en una liga completamente diferente, algo así como la estratosfera de la industria editorial.

La exprimera dama, de 54 años, ha comenzado a presentar Becoming en estadios deportivos a precios que oscilan entre los 29,50 y los 3.000 dólares, que es lo que cuesta una entrada vip para escuchar y conocer brevemente a la autora en el Barclays Center de Nueva York. Muchas de las entradas están agotadas y el libro copa las ventas de Amazon. Michelle es la nueva Beyoncé del mercado editorial.

La gira comenzó este martes en Chicago, coincidiendo con la llegada a las librerías de Mi historia, como ha titulado Plaza & Janes la edición española. Son 523 páginas en las que aborda desde su infancia en Chicago a la terapia matrimonial a la que se sometió con su marido, la fecundación in vitro de sus dos hijas o el resentimiento que guarda hacia Donald Trump por haber «puesto en peligro» a su familia al propagar el bulo de que Barack Obama nació en Kenia y no en Hawái y era supuestamente un presidente ilegítimo. La gira hace escala en 12 capitales, desde Boston, Los Ángeles y Dallas a París y Londres, las únicas plazas internacionales de su periplo promocional.

VESTIDA DE DIOR / La tournée está organizada por Live Nation, el mayor promotor mundial de conciertos, el mismo que se encarga de las giras de U2, Miley Cyrus y Beyoncé. Y se han usado metódicamente con todos los elementos para maximizar su impacto, empezando por una portada en Elle, donde Michelle posa con un vestido de Dior para abrirse a las preguntas de su amiga la presentadora Oprah Winfrey en las páginas interiores.

La misma Oprah le acompañó el martes en su estreno ante 14.000 fans en el estadio de los Chicago Bulls, un evento que The Hollywood Reporter ha descrito como un show «a mitad de camino entre un talk show, un mitin político y un concierto de rock». Allí contó cómo rompió a llorar durante 30 minutos después de asistir a la ceremonia de investidura de Trump hace dos años. «Creo que fue simplemente por la sensación de haberme liberado tras tratar de hacerlo todo perfectamente durante ocho años. Le dije a Barack: ‘Esto ha sido muy difícil’», dijo durante el coloquio.

Durante esos años, el público reconoció su carisma y su disposición a elevar la conversación cuando las circunstancias lo requerían. Pero no todo el mundo apreció su independencia, su rechazo a blanquear la historia racial del país o la firmeza de sus convicciones.

Michelle no olvida. «¿Cómo se atreven a decirme que no pertenezco, que no amo a mipaís?», dijo en Chicago tras presentar la suya como una biografía americana. «Sí, soy negra; sí, soy mujer; fui parte de la clase trabajadora, mis padres no acabaron la universidad. Mi historia es parte del sueño americano». Los beneficios los dedicará a un programa de la Fundación Obama que financia la educación de adolescentes en el mundo.