Medidas de eficiencia

La UCO monitoriza el consumo de energía para mejorar su gestión

La reducción del consumo energético viene de la mano de una labor de concienciación de toda la comunidad universitaria, que está adoptando buenas prácticas y hábitos de consumo positivos

La Universidad de Córdoba hace una apuesta decidida por el ahorro energético.

La Universidad de Córdoba hace una apuesta decidida por el ahorro energético. / CÓRDOBA

Para la Universidad de Córdoba, la sostenibilidad es una prioridad como lo demuestra el hecho de haberse dotado de un Vicerrectorado de Campus Sostenible que «quiere ser un compromiso con la mejora en la eficiencia energética de nuestras instalaciones. Pero esa mejora (técnica) sólo es una faceta, a ello hemos de sumar la actitud de toda la universidad en el compromiso de reducir el consumo al estrictamente necesario para poder realizar nuestra labor de forma satisfactoria», enfatiza el director de Infraestructuras y Política Energética, José María Flores.

Teniendo en cuenta que la UCO tiene cuatro campus con edificios de distinta edad, estado de reforma y tipología, «el panorama es diverso en instalaciones y común en cuanto a retos», reconoce Flores quien señala que «el punto de discernimiento para abordar esos retos nos lo da la oportunidad de intervenir cuando se precisa reparación o de planificar del modo más eficiente conforme a la dotación presupuestaria».

Ahorro energético

El objetivo a corto plazo en materia energética es «llevar a buen término y con el mayor éxito las actuaciones de autoconsumo que nos encontramos pendientes al cambio de legislatura. También continuar con los logros alcanzados en el plan de medidas de ahorro energético. Aquí tenemos que agradecer a la comunidad universitaria la adopción de buenas prácticas y hábitos de consumo positivos en el uso eficiente de la energía; los datos de consumo dan fe de ello», remarca el Flores.

«Además, estamos inmersos en un proceso de cambio de instalaciones de climatización, bien por reforma de los propios edificios bien por renovación del equipamiento, a tecnologías más eficientes y menos exigentes energéticamente o que dependan menos de combustibles fósiles e incorporando entornos de telegestión que permitan optimizar su funcionamiento y/o manutención», explica y añade que también se están analizando soluciones de eficiencia energética pasiva que «esperamos empezar a instalar en el próximo semestre».

Junto a lo anterior, «estamos implantando un sistema de monitorización que permitirá dar información puntual y en tiempo real a los miembros de la comunidad sobre el consumo de energía en su entorno y, técnicamente, nos ayudará a identificar los puntos prioritarios sobre los que actuar», anuncia.

Así, se ha abordado el cambio de equipos de climatización en las facultades de Ciencias de la Educación y Psicología, Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales, Filosofía y Letras o Medicina, Enfermería y Fisioterapia, la Escuela Politécnica Superior de Belmez y varios del Campus de Rabanales. «Es sólo el comienzo de todo lo que está ahora en planificación», puntualiza Flores que también menciona que «desde un punto de vista particular, si bien el ámbito pudiera parecer muy reducido, en colaboración con los grupos y departamentos que tienen instalaciones térmicas críticas se han acondicionado espacios con infraestructura específica de mantenimiento de suministro de energía y de no interferencia térmica con el resto de instalaciones a fin de racionalizar el servicio y el consumo energético. Confiamos en ver los resultados a lo largo del próximo verano».

En este sentido, el director de la Unidad Técnica, David Rodríguez Cantalejo, apunta que «todo ello está implementado sobre una plataforma SmartCampus flexible y escalable de gestión energética y operacional que nos permite tomar decisiones inmediatas y fiables sobre las necesidades de nuestras infraestructuras, afrontar las inversiones necesarias para ello con garantía y la gestión de las plantas de renovables fotovoltaica y térmica actualmente en desarrollo».

Edificios antiguos

La mayoría de los edificios e infraestructuras de los campus son edificaciones con decenas de años, lo que complica las actuaciones. «Hay dificultades técnicas, principalmente, se encuentran en el cambio de instalaciones centralizadas, muy comunes hace tiempo, a otras de gestión distribuida que permitan la sectorización en grandes edificios», señala Flores quien indica que «la dificultad común estriba en el coste. Son muchas máquinas y cada máquina tiene su coste, que no es bajo».

La edad no es el único handicap a superar, también lo es la tipología de los edificios, especialmente los históricos. «En estos, las actuaciones algunas veces se vuelven un calvario. Afortunadamente, el reto que supone cada intervención es salvado por la competencia de nuestro personal técnico», admite el director de Infraestructuras y Política Energética.

Edificación sostenible

Sello Verde, certificado de calidad 

El Sello Verde es una acreditación del Consejo para la Edificación Sostenible en España que garantiza que un edificio cumple con estándares de calidad. Su propósito es minimizar el impacto económico y social del edificio sobre el medio ambiente, estableciendo un sistema de perfeccionamiento continuo para alcanzarlo.

Aspectos a tener en cuenta

Desde el diseño a la explotación, son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta para que una edificación sea considerada sostenible: la orientación del edificio, el uso de materiales de bajo impacto ambiental, el acceso universal, el uso de energías renovables, la cercanía de transporte público o el uso eficiente de los recursos.

Beneficio económico a medio y largo plazo

Las medidas de sostenibilidad pueden incrementar los costes de construcción pero David Rodríguez insiste en que «debemos considerar durante toda su vida el beneficio económico al reducir el coste de consumo y necesidades operacionales, el beneficio social, al mejorar las condiciones de confort y salud y el medioambiental».