Una vez que los más cercanos a Amador Jover nos estamos reponiendo de la pérdida de nuestro amigo, procede dejar constancia escrita de algunos de sus legados y obras. Amador, además de un gran hombre y amigo de sus amigos, fue un gran cordobés, gran veterinario y un rector emprendedor.

Corrían los últimos años de la década de los ochenta del siglo pasado cuando Amador, siendo decano de la Facultad de Veterinaria, decidió presentarse a rector de la Universidad. Como rector pronto en un alarde de astucia acometió su «proyecto estrella» y principal motivo por el que había tomado la decisión de ser rector: recuperar para la Universidad y para la ciudad de Córdoba la famosa Universidad laboral.

La Universidad laboral era una antigua joya docente y formativa de Córdoba, construida en tiempos de Franco (1953-56), bien comunicada a 7 kilómetros (carretera de Alcolea) del centro de la ciudad, con una extensión de 44 hectáreas y 122.000 m2 de construcciones de inmejorable calidad. La «laboral», tras la salida de «los dominicos» languidecía ante la sociedad cordobesa, y lo peor, los mandatarios de la Junta y de la propia Universidad de la época, miraban para otro lado por tener ésta una procedencia política no recomendable.

Pues bien, Amador en un alarde de astucia puso en marcha su principal proyecto, eligiendo una visita del consejero Antonio Pascual a las instalaciones del Centro Agropecuario de la Diputación Provincial (que en aquellas fechas se negociaba una posible cesión a la Universidad) y conseguir que el consejero le acompañara a visitar las instalaciones entonces en desuso de «la laboral». De la visita este tomó conciencia acerca de las bondades que Amador le fue contando sobre la extensión, situación y construcciones de aquel desatendido magno proyecto. A partir de entonces se abrió un nuevo panorama: la Junta empezó a apostar por la rehabilitación de la Universidad laboral de Córdoba, y Amador puso a sus peones a trabajar.

Antes de emprender el camino quiso conocer de primera mano la dimensión del proyecto. Para ello viajamos Amador Jover, Gerardo Olivares (arquitecto encargado del proyecto) y yo mismo, por media Europa (Francia, Suiza, Alemania y Países Bajos) para analizar cómo las Universidades visitadas funcionaban y cómo habían resuelto sus infraestructuras.

En realidad la idea, que presidía la propuesta que más tarde hizo el rector a la comunidad universitaria, se parecía bastante a lo establecido en la Universidad de Zúrich, una universidad y una ciudad cercanas a las necesidades cordobesas. La universidad de Zúrich tiene unos 20.000 estudiantes y se desarrolla en tres campus, y el Campus de Irchel, que cuenta con una veterana y prestigiosa Facultad de Veterinaria 1901, puede considerarse como el más similar a Rabanales.

Así, Amador Jover presentó y fue aprobado por claustro configurar la Universidad de Córdoba, para su funcionamiento e integración en la ciudad, en tres campus universitarios: el Campus de Humanidades (integrado en distintos barrios de la ciudad); el Campus Sanitario (en Menéndez Pidal, próximo a los hospitales), y el Campus Científico y Tecnológico (en Rabanales, antigua Universidad laboral).

Abrir este nuevo campus en la Universidad de Córdoba, suponía desarrollar en principio un proyecto de 15.000 millones de las antiguas pesetas (corría el año 1991), así como desplazar en Córdoba la movilidad y las actividades universitarias de más de 6.000 universitarios hacia el Este de la ciudad.

El proyecto se fue materializando en el tiempo por un costo mucho mayor de la presupuestado, y los rectores que le sucedieron -Domínguez, Roldán y Villamandos- se implicaron en el mismo, consiguiéndose con ellos que en los últimos veinticinco años se hiciera realidad el proyectado Campus de Rabanales.

Todavía tuvo que intervenir el rector Jover mediante otra genialidad de eficacia: solo él sabe cómo lo hizo, pero un día en el Salón de actos de Rabanales (la Iglesia), el entonces ministro de Educación y Ciencia, don Alfredo Pérez Rubalcaba, transfirió las instalaciones e infraestructuras de la antigua Universidad laboral desde el Ministerio a la Junta de Andalucía, y en el mismo acto el consejero firmó la trasmisión de la laboral, perteneciente ahora a la Junta de Andalucía, a la Universidad de Córdoba, recibiendo la entrega de estos inmuebles el rector, don Amador Jover Moyano.

Así pues, en algo menos de 20 minutos (y lo que previamente habría bregado Amador) la Universidad incrementó ampliamente su patrimonio territorial e inmobiliario.

El actual Campus Científico y Tecnológico de Rabanales de la Universidad de Córdoba cuenta con más de 200.000 m2 de construcciones. Aloja los centros de Veterinaria con su Hospital Clínico Veterinario (Veterinaria y Ciencia y tecnología de los alimentos), Ciencias (Química, Biología, Física y Bioquímica), la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes (Ingenierías de Agronomía y Forestal) y la Escuela Politécnica (Industriales e Informática). El Campus está dotado de equipamiento científico moderno para el funcionamiento técnico de estos centros, así como el equipo asistencial necesario (biblioteca, instalaciones deportivas, bares y comedores) para su desenvolvimiento, ah y cuenta con comunicación ferroviaria directa con la ciudad. En definitiva es el mayor emporio universitario de la Universidad de Córdoba.

Hoy, treinta años después, nadie duda que la Universidad de Córdoba es la que es, principalmente gracias al Campus Universitario de Rabanales. Y la ciudad, gracias a la iniciativa de Amador Jover, encontró en su financiación una gran fuente de enriquecimiento de inversión, al margen de no verse ésta sobrecargada con el gasto de nuevas infraestructuras de comunicación y asistencial, pues la Universidad quedó redistribuida en la extensión geográfica de Córdoba, descongestionando, a la vez, los territorios de la parte Oeste de la ciudad.

Pues bien, pienso que es el momento de empezar a reconocer a Amador Jover como artífice de esta gran obra, y propiciar los medios para que el Campus Científico y Tecnológico de Rabanales, cambie su nombre de Rabanales por el de Campus Universitario Amador Jover Moyano. Es de justicia dar al «cesar» lo que es del «cesar» y reconocer que Amador Jover durante sus ocho años como rector, además de ayudar a engrandecer a la ciudad de Córdoba inició el camino para que la Universidad de Córdoba se convirtiera una gran Universidad de Andalucía y en la mejor Universidad Agroalimentaria de España.

* Primer vicerrector Coordinador del Campus Universitario de Córdoba