Las Ciencias de la Tierra o Geociencias estudian fenómenos físicos, químicos y biológicos que ocurren en nuestro planeta y que afectan a la Tierra y a los seres vivos. «Dentro de las geociencias, ha ido cobrando cada vez más importancia la geoinformática, que es un área de conocimiento muy especializada que ofrece competencias específicas vinculada al uso de diferentes herramientas tecnológicas (ciencia de datos, teledetección, Sistemas de Información Geográfica, modelización, etc.) y su aplicación práctica a la gestión del territorio», explica el director del Máster en Geomática, Teledetección y Modelos Espaciales Aplicados a la Gestión Forestal (Geoforest) de la UCO, Rafael M. Navarro, quien remarca que «este nuevo enfoque de las ciencias de la tierra, entre las que se encuentra la gestión de los recursos forestales, convierte a la geoinformática en un área de conocimiento claramente innovadora en un mundo cada vez más digitalizado».

Como indica Navarro, «en las últimas décadas hemos visto como el mundo enfrenta desafíos cada vez mayores para garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas naturales (por ejemplo, los bosques), y productivos (por ejemplo, la agricultura), con implicaciones directas sobre nuestra calidad de vida (cambio global, contaminación, escasez de recursos, etc.)». En ese sentido, el Máster Geoforest ofrece el aprendizaje de herramientas geoinformáticas esenciales para desarrollar soluciones que ayuden a optimizar la gestión de los recursos naturales.

«El conocimiento en el ámbito de las geociencias en un entorno tecnológico y basado en la digitalización es fundamental para que los futuros profesionales de las ciencias forestales y agrarias contribuyan a la sostenibilidad de los recursos de la Tierra, y así tratar de frenar o mitigar los problemas que la sociedad enfrenta», afirma el profesor Navarro, para quien «es imposible dar respuesta a esos retos si no formamos una nueva generación de profesionales capaces de encontrar soluciones innovadoras que gravitan alrededor de la digitalización».

Si bien es cierto que la tecnología por sí sola no tiene la capacidad de solucionar el problema del uso de los recursos que la sociedad necesita, «como Universidad sí tenemos la obligación de formar a los futuros profesionales en un paradigma tecnológico acorde a los retos que van a tener que enfrentar». En ese sentido, insiste en que, «como educadores, sí podemos contribuir a encontrar soluciones, a través de una educación universitaria de alta calidad, que incorpore las tecnologías más actuales (y no se limite a repetir recetas, muchas veces ya superadas), utilizando las tecnologías a su alcance para acondicionar el entorno a las necesidades actuales y futuras».

En este ámbito, el Máster Geoforest ofrece el aprendizaje en esas herramientas fundamentales para enfrentar los retos del siglo XXI (cambio global, crisis humanitarias, deforestación, soberanía y seguridad alimentaria, etc.) gracias a un modelo universitario dinámico para aprender el acceso, la gestión, el análisis y la visualización de grandes bases de datos de muy diversa índole, facilitando la comprensión de problemas cada vez más complejos. «Esto va acompañado con un fuerte desarrollo tecnológico, mucho del cual ya invade nuestra vida cotidiana como el uso de drones, Internet de la Cosas (IoT), o la inteligencia artificial (IA) aplicada a sectores tan específicos como las ciencias forestales, en un contexto de fuerte demanda de profesionales especializados en estas materias».

El cambio global, y como una parte muy importante, el cambio reciente del clima, ejercen una enorme presión sobre los recursos naturales y sobre la capacidad para proporcionar una alimentación adecuada a una población creciente. «La geoinformática contribuye a comprender muchos de los procesos subyacentes (por ejemplo, la incidencia de las sequías severas), y, sobre todo, al utilizar herramientas de base territorial como la teledetección o los sistemas de información geográfica, ofrecen la posibilidad de asociar la información con procesos relacionados con el clima», apunta Rafael Navarro que se muestra convencido de que la geoinformática, junto el conocimiento que aporta la selvicultura o la agronomía, «posee el potencial de reducir los impactos en un contexto de cambio climático global apoyando las decisiones políticas y técnicas a través del desarrollo de métodos teóricos, simulaciones computacionales y modelos matemáticos sobre la base del territorio agroforestal».

La geoinformática, como parte de las geociencias, es un campo que ha surgido del crecimiento de empresas tecnológicas, que contribuyen de forma significativa al desarrollo tecnológico. Los campos de mayor innovación, como, por ejemplo, el uso de drones, suele integrar centros de investigación o universidades junto con empresas a través de proyectos. Ambos sectores se convierten en aliados estratégicos y se ayudan mutuamente a alcanzar sus respectivos objetivos de generación de conocimiento e industrial. En ese sentido, el Máster Geoforest va a firmar sendos convenios de colaboración con Badcock España y ESRI España, para el fortalecimiento de la empleabilidad de los egresados.

El reto de llevar la transformación digital a la UCO

En opinión de Navarro, entre los retos que tiene la Universidad están llevar la transformación digital a la formación universitaria a través de una formación especializada y dar respuesta a las necesidades de profesionales capacitados para trabajar en un marco caracterizados por el cambio global. Además, debe integrar la investigación con la formación universitaria en competencias para describir, predecir y gestionar fenómenos naturales cada vez más complejos, fomentar alianzas estratégicas con empresas punteras en el sector de las geociencias y la geoinformática, y convertir a Córdoba, a través de su Universidad, en un centro nacional e internacional de referencia en el ámbito de la digitalización agroforestal.