La Universidad de Córdoba estrenará el próximo curso un nuevo título propio de Experto en Terapias Psicológicas de Tercera Generación que está destinado, preferentemente, a personas que cuenten con grado o un máster de psicología. El plazo de inscripción para este novedoso título, que se impartirá de forma virtual y que está dotado con 30 ECTS, se abrirá el próximo mes junio.

Sus coordinadores, David Sánchez y Valentina Jurado, explican que los inicios de la psicología se basaron en los procesos de aprendizaje, lo que vulgarmente se conoce como refuerzo/castigo, que sería la primera generación de terapias. En una segunda generación se empezó a plantear no solo el comportamiento como una clave de la salud mental sino también el pensamiento y la emoción. «Entre las terapias de segunda generación una de las más famosas, que además está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la cognitivo-conductual que se aplica en muchos trastornos e intervenciones a nivel psicosocial y psicológico», indica Sánchez.

Tercera generación

Las terapias de tercera generación, las que se abordan en este título de experto universitario, son las más recientes, si bien «no son tan originales», comenta David Sánchez quien señala que «hace tiempo ya se hablaba de centrarse en lo que paciente está explicando, en aceptar los problemas tal cual nos vienen e intentar esforzarte en cambiar aquello que puedes cambiar, es decir, empezar a plantear otras cuestiones que vienen de teorías como la de Carl Rogers -precursor del enfoque humanista en psicología- y que ponen en marcha diferentes técnicas concretas para trastornos específicos y parece que están funcionando bastante bien».

A diferencia de las terapias de primera y segunda generación, estas tienen muy en cuenta el contexto, el ambiente en el que se desarrolla el individuo. «Estas cuestiones son claves dentro del proceso de intervención terapéutica en las terapias de tercera generación», remarca David Sánchez quien hace hincapié en que estas terapias tienen una visión más holística de la persona. «Ya no parcializamos al ser humano, como las terapias clásicas en las que el ser humano, para ser feliz, primero tenía que comportarse de una forma concreta y luego, además, sentir y pensar de una manera concreta. Ahora además, hay que tener en cuenta el contexto e intentar modificar aquello que podemos modificar y lo que no podemos modificar, aceptarlo».

El problema, es que estas terapias de tercera generación «son muy desconocidas; no todas las carreras de psicología dan una especialización sobre estas terapias en los últimos cursos del grado», apunta el coordinador del nuevo título que viene a responder a esta carencia para intentar implementar técnicas que se pueden aplicar en todos los campos de la psicología, desde la salud mental a servicios sociales comunitarios, en donde la terapia mindfulness o la interpersonal y de relación, que se aplica sobre todo a familias, están dando buenos resultados. Pero además se pueden aplicar a personas que no tienen una patología pero quieren modificar la imagen de si mismos y dejar de obsesionarse por el pasado y el futuro.