TOROS

El Cordobés triunfa en el 60 aniversario de la plaza de Fuengirola

El diestro Manuel Díaz "El Cordobés" sale a hombros tras cortar dos orejas en el cuarto toro de la tarde, durante la corrida celebrada este viernes en la plaza de toros de Fuengirola, en Málaga.

El diestro Manuel Díaz "El Cordobés" sale a hombros tras cortar dos orejas en el cuarto toro de la tarde, durante la corrida celebrada este viernes en la plaza de toros de Fuengirola, en Málaga. / EFE/Daniel Pérez

María M. Alba (EFE)

Ganadería: Tres toros de Torrestrella (1º, 2º y 6º) y tres de Carlos Núñez (3º, 4º y 5º) de parejas hechuras y pobres de pitones, y de juego desigual. Los mejores, primero y cuarto. Manso el segundo, sin fuerzas tercero y quinto, y sin raza el sexto.

Manuel Díaz "El Cordobés": De nazareno y oro. Dos pinchazos y estocada (silencio); estocada ligeramente caída (dos orejas).

Morante de la Puebla: De negro y oro con remates rojos. Estocada (silencio); pinchazo y estocada desprendida (oreja).

Cayetano: De turquesa y azabache. Estocada tendida y trasera (ovación); estocada tendida, pinchazo, estocada defectuosa y varios descabellos (silencio tras dos avisos).

Manuel Díaz "El Cordobés" fue este viernes el triunfador de la nocturna con la que se conmemoró el 60 aniversario del coso de Fuengirola (Málaga), un espectáculo en el que Morante de la Puebla cortó una oreja y Cayetano, que reaparecía tras una lesión en la mano, se estrelló con el peor lote.

El Cordobés formó un auténtico alboroto en el cuarto toro de la noche después de desplegar su particular tauromaquia, con muchos guiños al público ante un noble y buen toro de Carlos Núñez que le permitió torear a gusto, llegando a rematar la faena con el tradicional salto de la rana.

La plaza puesta en pie con gritos de "torero, torero" fue el prólogo a una labor abrochada con una estocada algo caída que hizo que cayera el animal pronto y se le pidieran, y concedieran, las dos orejas. Con su primero, de Torrestrella, el otro buen toro del festejo, estuvo correcto y aseado.

Fue en su segundo toro, quinto de la noche, donde Morante de la Puebla sacó su aroma torero, primero con el capote, recibiéndolo por faroles para luego seguir toreando por verónicas con mucho gusto y rematando con una media.

Con la muleta la faena siguió sobre los mismos mimbres, toreando sobre ambas manos con mucha suavidad, pero a media altura debido a las escasas fuerzas del de Carlos Núñez. La última tanda por naturales fue de auténtica locura, enroscándoselo (al toro) en la cintura, a cámara lenta y por abajo.

En cambio, ni un minuto duró el trasteo de Morante a su primero, al que macheteó sobre ambos pitones en un par de ocasiones y cuando lo vio cuadrado, entró a matar.

Cayetano no tuvo opción alguna con un primero de su lote de muy pocas fuerzas. Lo intentó sobre ambos pitones pero le costaba mucho trabajo mantenerse en pie al animal.

Su segundo toro, sexto de la noche, sí que le permitió, al menos, explayarse con el capote, aunque luego con la muleta puso todo su empeño Cayetano ante un toro sin raza y que se aburría a mitad del muletazo.