El Ministerio Fiscal acusa a la madre de la niña de cinco años Carolina, que murió el 23 de enero de 2020 en un hotel de Logroño, de un delito de asesinato con alevosía y a persona especialmente vulnerable por su edad y pide para ella prisión permanente revisable.

En el escrito de acusación, el Fiscal considera que la madre de la niña planeó su asesinato como "último acto posesivo" antes del suicidio. Relata, también, que lo hizo junto a la abuela de la niña para, después, matarse ambas, algo que sólo llegó a realizar esta última.

El 31 de enero del 2022 comenzará el juicio, por jurado popular y estando previsto que finalice el 17 de febrero, por unos hechos que sucedieron el 26 de enero del año 2020, cuando la menor, siguiendo el escrito de acusación, fue asesinada por asfixia y tras suministrarle un medicamento para el sueño.

El fiscal narra cómo, desde un principio, la madre, A.C.U, se mostró muy posesiva y controladora con la menor, imponiendo al progenitor sus condiciones para que pudiera verla y haciendo que siempre fuera en su presencia, o de uno de sus familiares, en un bar debajo de domicilio de la abuela materna y solo una hora dos días a la semana.

Tras un procedimiento contencioso para la adopción de las medidas sobre la guarda, custodia y alimentos de la niña "muy belicoso" se atribuyó la guarda y custodia a la progenitora, luego custodia compartida y posteriormente, tras ser recurrida, se atribuyó la guardia y custodia a su padre, con un régimen de visitas a favor de la madre.

La madre, siguiendo el escrito de acusación, no se mostró conforme con que la guarda y custodia de la menor fuera atribuida al padre, e incumplía el régimen de visitas, no devolviendo cuando debía a la niña alegando que él no le prestaba los cuidados y atenciones que precisaba, incluso que le pegaba. Ello dio lugar a denuncias entre las partes.

El Fiscal también narra que A.C.U. y su madre estaban muy unidas, mantenían una relación muy estrecha y compartían todo lo que le sucedía a cada una, incluso trabajaban juntas. Así, por esa relación de confianza, A.C.U. contó a su madre que sufría por no estar siempre con su hija y tenía pensamientos suicidas.

La abuela materna tenía problemas económicos tras ser estafada en una importante cantidad de dinero y le contó a su hija que quería quitarse la vida por no poder solucionarlo. A.C.U. le dijo que haría lo mismo y que, además, mataría a la niña "como último acto posesivo, en venganza y resentimiento" hacia el padre de la menor "al no soportar que la niña estuviera con él".

Ambas idearon un plan para acabar con sus vidas, y también con la vida de la menor Carolina, buscando a través de sus teléfonos información sobre comprar veneno, cianuro , matarratas, Muribrom, Bromadodiolona, cortarse las venas, asfixia de una persona, cuánto tiempo demora en morir una persona que se corta las venas...

Decidieron que el plan lo llevarían a cabo el fin de semana del 24 al 26 de enero de 2020, ya que ese fin de semana le correspondía a la encausada A.C.U. la guarda de la menor Carolina.

La encausada A.C.U., ante su propósito de acabar con su propia vida y con la de su hija, procedió a escribir cuatro notas manuscritas, en las que se despedía de su padre, de su hermano y de sus amigos íntimos. También, grabó veinte videos en su 'tablet', borrando quince de ellos.

En una carta en la que le relataba a su padre que el progenitor de la niña le pegaba y la llevaba sucia le decía: "Creo que nos toca papá (...) así como tú me proteges debo hacer lo mismo (...) lo siento mucho papá, pero ahora que tengo a Carolina a mi lado, en este instante, creo que lo hago lo correcto. Ella hoy decía mami, no quiero volver, solo estar contigo. Estoy tranquila, así que solo te pido perdón por todo, te queremos".

Como ese fin de semana del 24 al 26 de enero de 2020 el hermano de la encausada, que estudiaba en Madrid, acudió al domicilio familiar para pasar el fin de semana, A.C.U. y su madre decidieron que, para no tener ningún tipo de impedimento en la decisión que habían planeado, la ejecutarían fuera del domicilio familiar. Para ello, decidieron hacer una reserva en un hotel fuera de la localidad de Haro, en la que vivían.

Una vez en la habitación del hotel, la encausada y su madre, de común acuerdo, suministraron a la menor Carolina unas gotas de Noctamid 2'5 miligramos, medicamento del grupo de los hipnóticos cuya indicación principal es la normalización del tiempo necesario para la conciliación del sueño y su duración total, al tiempo que reduce el número de interrupciones del mismo.

La dosis de lormetazepam suministrada provocó que la menor Carolina se durmiera profundamente, y sin ninguna posibilidad de defensa, por lo que aprovecharon ese momento y, siguiendo con el plan preconcebido, presionaron la boca y la nariz de la menor, que portaba un chupete en la boca, hasta cortarle la respiración, acabando con su vida por asfixia.

El cuerpo de la niña fue hallado a las 13:30 horas del 28 de enero de 2020 después de que la madre sacara parte del cuerpo por la ventana, y la Policía Nacional fuese alertada al ser vista, tras haber intentado quitarse la vida con cortes en la muñeca y seguir con vida. La abuela materna fue encontrada muerta en el río.

El 28 de enero se constituirá el jurado popular y el 31 de enero comenzará el juicio. El Fiscal le pide a la acusada, además de la pena de prisión, por vía de responsabilidad civil, que indemnice al progenitor con 200.000 euros por los daños morales causados.