Iglesia católica

"Benedicto XVI siempre me defendió": Francisco revela detalles inéditos de la convivencia entre los dos Papas

En un libro-entrevista, que sale este miércoles a la venta, el Pontífice arremete con dureza contra el secretario de Ratzinger

El Papa Francisco.

El Papa Francisco. / Cristian Gennari

Irene Savio

Francisco no ha olvidado los golpes bajos del que fuera el secretario de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein. Ni mucho menos. Y ahora ha decidido también dar su versión de cómo fueron las relaciones entre los dos Papas desde la renuncia de Joseph Ratzinger en 2013 hasta el fallecimiento del alemán en 2022. Es una de las principales conclusiones a extraer de 'El Sucesor', nuevo libro-entrevista de y sobre Francisco, fruto del trabajo del periodista español Javier Martínez Brocal y que llega precisamente dos años después de que Gänswein apuntara a una convivencia no tan idílica entre los dos pontífices en un libro publicado en ese entonces.

En un claro esfuerzo para romper este relato, en la obra, Francisco critica a Gänswein por haber contado "cosas que no son verdad" difundiéndolas, además, "en el día del sepelio" de Benedicto XVI. "Por supuesto eso no me afecta en el sentido que me condiciona. Pero sí me dolió que se usara a Benedicto XVI". A Gänswein le faltó "nobleza y humanidad". Eso fue "muy triste", dice el Papa en el nuevo libro, al que EL PERIÓDICO, del mismo grupo editorial, ha tenido acceso y que sale a la venta este miércoles en España. "El libro es fruto de tres encuentros celebrados entre julio de 2023 y enero de este año, y unas cuatro horas de entrevista. También ha habido cartas, varias cartas, que usé para precisar algunos detalles, y alguna llamada telefónica", ha contado el propio Martínez Brocal a esta periodista.

Francisco critica a Gänswein por haber contado "cosas que no son verdad" y le acusa de falta de "nobleza y humanidad"

En este contexto, Francisco describe una relación entre los dos Papas mucho más conciliadora de la sugerida por Gänswein. Un ejemplo, según Francisco, ocurrió "un día" en el que "algunos cardenales" se presentaron en la casa de Benedicto para "hacerme prácticamente un proceso y me acusaron ante él de que yo promovía el matrimonio homosexual". "Benedicto no se agitó, porque sabía perfectamente lo que yo pienso […] Él siempre me defendió". "Quizá hubo alguna cosa que hice [ya siendo Papa] con la que él no estaba de acuerdo, pero nunca lo dijo".

Intrigas

Aún así, un problema, según Francisco, ya había surgido en el cónclave de 2005, en el que, antes de que Benedicto XVI resultase elegido Papa, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio resultó el segundo candidato más votado. "En ese cónclave, a mí me usaron", explica Francisco. "La idea de quienes estaban detrás de los votos […] consistía en poner mi nombre, bloquear la elección de Ratzinger y después negociar un tercer candidato diferente". "Me contaron más tarde que no querían a un papa extranjero".

Francisco explica que fue "usado" en el cónclave que eligió a Ratzinger para intentar un candidato alternativo

Al hilo de esto, Francisco también defiende a Benedicto como un Papa que, según él, era "un gran teólogo" y un "hombre valiente" y fue el primero en afrontar la cuestión de los abusos cometidos por el clero para "hacer limpieza". "Era un luchador que no tiraba la toalla, que no se rendía hasta que terminaba lo que consideraba justo". Por ello, "además de la cuestión de los Legionarios de Cristo [grupo conservador cuyo fundador fue acusado de todo tipo de delitos], se ocupó de la rama masculina de una congregación religiosa francesa, la Communauté de Saint Jean. Estudió disolverla […] fue un caso también de corrupción y de abuso de poder". El tema, según Francisco, era que Benedicto tenía "un carisma pausado, sin prisa, tranquilo".

Revela que aun siendo cardenal en Buenos Aires ya tenía opositores en Roma

Una de las grandes revelaciones que aporta el libro es también que ya en 2011, siendo aún cardenal de Buenos Aires, Bergoglio ya tenía opositores: "Estaban contra mí de un modo un poco exagerado" en Roma. Tanto es así que, según Francisco, ya ese año "algunos habían armado una historia para que el Papa (Benedicto) aceptara mi renuncia como arzobispo de Buenos Aires". Pero el entonces Pontífice alemán lo rechazó. "Viví esa decisión como una demostración de confianza en mí que agradecí mucho". 

Con este preámbulo, según Francisco, la relación con el alemán, empezada en los noventa, nunca se interrumpió y se mantuvo muy activa mientras Benedicto tuvo suficientes fuerzas. Cuando se reunían, "algunas veces yo tocaba un tema, otras veces él". Y Benedicto a menudo "ampliaba el campo", esto es, "me decía [que] había que mirar por acá, o por allá".