Alergia, una nueva epidemia

La agonía de la urticaria por calor, similar a la del frío, pero a temperaturas opuestas: "No podía dormir de lo que picaba"

Respiratorias, alimentarias, a los medicamentos, de la piel o a los insectos, las alergias ya se consideran la nueva epidemia no infecciosa de nuestros tiempos, explica la doctora Paula Ribó

Un hombre se refresca en una fuente durante una ola de calor.

Un hombre se refresca en una fuente durante una ola de calor.

Nieves Salinas / Roberto Bécares

Fue a finales de junio, en la primera ola de calor de este año, cuando los termómetros se dispararon de golpe tras varios días de precipitaciones y en Madrid se llegaron a alcanzar los 36 grados. “Primero me salió la irritación en los sobacos, luego en la espalda y en el cuello y ya fue en todo el cuerpo”. Manuel, que trabaja en el sector de la construcción, comenzó a sentir unos picores muy intensos, sobre todo por la noche. “Era imposible dormir, me duchaba hasta tres veces para aliviarme un poco”.

“Fui al médico de Urgencias en la Princesa y me dieron calmantes, eran muy fuertes. No me aliviaron mucho. Volví a ir al dermatólogo, pero no sabían que era. Fui varias veces. Me llegaron a decir que era sarna, que yo aluciné, pero no era eso. Ya uno de los médicos me dijo que era por culpa del calor”, recuerda Manuel, al que recomendaron coger la baja, algo que “no podía hacer porque soy autónomo y tengo que seguir facturando”.  

“Me dieron pastillas para dormir y algunas pomadas [entre otras Beta-Micoter y Fluticrem, un potente corticosteroide]. He trabajado como he podido, pero ya se ha ido un poco, gracias a los calmantes, creo. Menos mal. Nunca he vivido algo así. Me picaba muchísimo”, apostilla Manuel, que afirme que conoce a varias personas de su sector que les ocurrió lo mismo. 

Si hay alguien que lo sabe todo de alergias es la doctora Paula Ribó. Especialista del Hospital Clínic de Barcelona, la médico -autora del libro 'Alergia, la nueva epidemia. Una guía para entender, prevenir y combatir las enfermedades alérgicas', de Alienta Editorial, 2023- habla con EL PERIÓDICO DE ESPAÑAsobre el impacto del calor en nuestra piel en un país que, este verano, suma una tras otra ola de temperaturas sofocantes. ¿Existe la alergia al calor?. "Debemos concretar un poco más porque, en realidad, podemos referirnos a varias cosas", comienza advirtiendo la médico que habla, con precisión, de urticaria por calor "muy similar a la ocasionada por el frío pero a temperaturas opuestas; de hecho, incluso pueden ir asociadas", explica.

La doctora Ribó es investigadora, docente y divulgadora. Su libro aborda todo lo que hay que saber sobre una enfermedad tan común como desconocida, considerada la nueva epidemia no infecciosa de nuestros tiempos y una de las seis patologías más frecuentes del mundo. Respiratorias, alimentarias, a los medicamentos, de la piel o a los insectos, las alergias son un problema de primer orden, advierte la médico: 1 de cada 4 personas sufrirá una enfermedad de este tipo a lo largo de su vida.

En su libro explica que la urticaria crónica es la persistencia de habones por todo el cuerpo durante más de seis semanas seguidas. El picor es el síntoma principal y a veces se acompaña de angiodema (hinchazón). Este tipo de urticarias pueden ser inducibles, que es cuando existen desencadenantes como el agua, el frío, la presión o el incremento de temperatura o espontáneas, sin una causa externa identificada en un 70% de los casos.

alergia

alergia / EPE

En la urticaria por calor -muy parecida a la ocasionada por el frío-, los síntomas pueden aparecer en ambientes calurosos o en un contexto de fiebre. "El diagnóstico se puede hacer también con un test, que nos dará un valor aproximado del umbral de temperatura a la que pueden aparecer habones", explica la médico.

Las sudaminas, esos granitos rojos

En un verano tórrido, con olas de calor que no dan tregua -acabamos de pasar la cuarta-, la especialista abre el abanico de lo que se puede entender por reacciones a las altas temperaturas que en su libro enmarca en el capítulo de alergia en la piel. Hay que concretar, insiste, porque en realidad nos podemos referir a varias manifestaciones. Habla, también, de "sudaminas, esos granitos rojos que aparecen en los meses de más calor y se pueden confundir con una alergia, pero no son alergia. Es también conocida como 'miliaria' y se trata de unos granitos pequeños del tamaño de una cabeza de alfiler que suelen ser de color rojo o bien blanquecinos", empieza explicando la alergóloga.

Con el calor, el sudor puede quedar atrapado en las glándulas sudoríparas, produciendo una pequeña inflamación en el poro que da un aspecto rojo pequeño y que, en ocasiones, suele picar

Es típico, precisa, que aparezcan en la cara (lo más frecuente) o en zonas de pliegues (cuello o nuca), pero puede aparecer en cualquier otra zona de la piel (espalda, abdomen, etc.). "Con el calor, el sudor puede quedar atrapado en las glándulas del sudor (sudoríparas), produciendo una pequeña inflamación en el poro que da este aspecto rojo pequeño y que en ocasiones suele picar", describe.

La 'miliaria' -unos granitos pequeños del tamaño de una cabeza de alfiler- aparece en los climas cálidos o húmedos o en las personas que sudan más

La doctora Ribó abunda: es una enfermedad más frecuente en los climas cálidos o húmedos o en las personas que sudan más, pero también puede aparecer si existe un exceso de ropa. En ocasiones en un contexto de fiebre o ejercicio físico también puede ocurrir. Se trata de una erupción en la piel muy frecuente en lactantes y niños menores de un año, pero que puede verse en adultos.

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alergias2 / Cedida

Para la prevención, aconseja mantener la ropa seca la mayor parte del tiempo; usar aire acondicionado o ventiladores para evaporar la humedad y refrescarse; utilizar ropa holgada (a poder ser 100% de algodón para que la piel pueda transpirar) y cuando el calor aprieta más, también refrescar a los bebés con el baño diario con agua tibia.

Erupción por el sol

La doctora Paula Ribó alude a otro tipo de reacción: el eritema polimorfo lumínico (EPL). "Realmente el término alergia al sol no es correcto, se trata de la erupción polimorfa lumínica. Alrededor del 10-20% de la población lo presenta, pero es más típico en mujeres jóvenes. Su causa suele ser desconocida tras la exposición solar a radiaciones UVA (lo más frecuente), UVB y/o luz visible", desgrana. "Es más típico en las primeras exposiciones solares del año (primavera), a medida que nos vamos bronceando es menos probable, pero no imposible por lo que no debemos despistarnos en pleno agosto".

A lo largo de las semanas la piel se "acostumbra" y va disminuyendo el riesgo de erupciones, abunda la alergóloga. "Es bastante característico ver que tras una exposición solar intensa, a las pocas horas aparezca una erupción en forma de 'granitos' o vesículas (líquido en su interior) eritematosas (rojas), sobreelevadas, que pican mucho. Pueden ser muy distintas dependiendo del tipo de piel de cada persona, por ello se le llama polimorfa", aclara.

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alergias3 / EFE

Tardan en desaparecer y se resuelven sin dejar lesiones en unos 7 o 10 días. Las zonas típicas de aparición son las que han estado más cubiertas durante los meses de invierno: los brazos, el escote o manos; pero pueden aparecer en otras zonas del cuerpo como la cara o las piernas. Casi siempre una foto o la visualización de las lesiones con la historia clínica es suficiente para hacer el diagnóstico, señala la doctora quien, subraya, lo más importante para evitar que nos ocurra no sólo son las cremas solares con fotoprotección, también con barreras físicas como camisetas, gafas de sol o sombreros.

En algunos casos extremos los dermatólogos recomiendan sesiones de fototerapia para preparar a la piel a las futuras exposiciones solares para crear una tolerancia al sol. También hay fotoprotectores orales que pueden ayudar si se toman unos meses antes de la exposición solar, "aunque su uso aún es controvertido y se deben realizar más estudios sobre los suplementos", aclara la doctora Ribó. Lo que sí podemos hacer es buscar alimentos ricos en antioxidantes naturales y añadirlos en nuestra dieta.

Una lesión en forma de habón

En último lugar, explica que tanto la urticaria solar como la urticaria por calor son "crónicas inducibles o físicas. Son crónicas porque duran más de 6 semanas y son inducibles porque el sol, como he comentado antes, o el calor pueden actuar como factores para reproducir la lesión típica en forma de habón. Que clásicamente desaparece sin dejar mancha ni lesión residual en menos de 24 horas", prosigue.

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alergias4 / EPE

El eritema polimorfo lumínico (EPL) se debe diferenciar de una urticaria solar porque en la urticaria, las ronchas aparecen en los primeros minutos de la exposición solar, formando habones, diferencia la alergóloga. Esta urticaria aparece en áreas fotoexpuestas con la exposición a la luz solar o a fuentes de luz artificiales (luz visible, UVA y UVB). Puede aparecer lo que se conoce como fenómeno de 'hardening', en el que la piel se acostumbra a la radiación solar a medida que avanza el verano o las exposiciones solares. Los síntomas pueden ser picor, rojez o aparición de ronchas, pero también pueden llegar a ser graves, con dolor de cabeza o falta de aire, e incluso se ha descrito algún caso de anafilaxia.