Entrevista

"Tener empleo es lo más, te hace sentir una persona normal"

Gracias al programa de integración sociolaboral Incorpora, Marian Agüera ha encontrado trabajo como encargada en un punto limpio y ha podido retomar las riendas de su vida

Marian Agüera, esta semana, en el balcón de su casa tras finalizar su jornada laboral en un punto limpio.

Marian Agüera, esta semana, en el balcón de su casa tras finalizar su jornada laboral en un punto limpio. / JORDI OTIX

Montserrat Baldomà

Tras haber dejado atrás casi 25 años de consumo de drogas, Marian Agüera mira por primera vez al futuro. Gracias a Proyecto Hombre y al programa de integración sociolaboral Incorpora de la Fundación La Caixa se quiere, tiene empleo y proyectos y está enganchada a la vida. Separada en plena pandemia y madre de dos hijos adolescentes, a sus 45 años es una mujer nueva. Incorpora facilitó el año pasado en Catalunya 12.126 puestos de trabajo a personas en situación de vulnerabilidad, a través de cerca de 140 entidades sociales y más de 350 técnicos. En el global de España, se lograron 40.760 inserciones. Y Marian es una de ellas.

Veo en su WhatsApp esta frase: “Nunca desafíes a una persona que lo perdió todo, porque cuando lo perdió también perdió el miedo”. ¿Tanto la define? 

Totalmente. Lo perdí todo, casa, familia, pareja, amigos…, y en varias ocasiones. Algunas, como la familia, las he vuelto a recuperar. Ahora vivo con mi madre. Cuando me separé, tuve dos caminos, seguir bien o tirarme otra vez al consumo. Me quité el miedo y decidí seguir para adelante.

¿En qué momento se da cuenta de que ha tocado fondo? 

Llegó un momento en que mi cabeza solo pensaba “ingéniatelas para consumir”. Ni pareja, ni hijos, ni trabajo. Solo quería consumir. Y estaba consumida.

Y entró en contacto con Proyecto Hombre.

Sí, en 2019 gracias a mi madre y a mi hermano. Ellos me abrieron el camino y no me lo pensé dos veces. Lo tenía claro. No podía seguir así. Proyecto Hombre me ha ayudado en todo, ha sido mayor apoyo. Me ha enseñado a quererme, a aceptarme como soy, con mis defectos y mis virtudes. Me ha enseñado otra vez a vivir, a ser persona.

¿Y qué ha supuesto Incorpora?

Después de desengancharme, ha sido lo mejor de mi vida. Me facilitaron un trabajo cuando me separé; después me ofrecieron empleo en un punto limpio, me puede sacar la titulación de vigilante de seguridad, y he estado trabajando dos años de vigilante en un supermercado, y en diciembre pasado me volvieron a llamar del punto limpio, en el que estoy de encargada y con contrato indefinido. Para mi Incorpora lo es todo.

Tener un empleo, ¿le ha permitido volver a coger las riendas de su vida?

Claro, saber que vales, que vas a trabajar sin drogarte, que puedes guiar tu vida con unos horarios, unas rutinas y poder llevar tus cuentas. Eso para un adulto es lo más. Te sientes una persona normal. Un trabajo es la base de todo en la vida. Yo tengo la FP de administrativa y había trabajado antes, pero con el consumo lo iba dejando, iba de un lado para otro. No conseguía tener un empleo estable. Ahora, gracias a Incorpora soy yo la que elijo si quiero cambiar de trabajo, como hice en diciembre. Porque me valoro y me he preparado, tengo el poder de decidir.

Entonces, como dice el refrán, año nuevo, vida nueva.

Sí, me cambié de empleo pensando en el futuro. Con la perspectiva de jubilarme allí. 

¿Es la primera vez en su vida que piensa en el futuro?

Así es. Cuando sales del mundo de la droga te das cuenta de que hay vida, un futuro, un fin de semana, una comida con la familia, unas vacaciones. Hay un dentro de 10 años. Y vas planeando.

¿Cuáles son ahora sus aspiraciones?

Estoy obsesionada con el trabajo. Mi aspiración es que no me falte el trabajo y en un futuro poder tener algo mío. Solo tengo una moto. Vivo en casa de mi madre y el sueldo, entre el dinero que le doy a ella y a mis hijos, no me da para independizarme. Antes era muy derrochona, llevaba 20 euros en el bolsillo y a los cinco minutos habían volado; ahora, como me cuesta ganar el dinero, lo valoro.

El esfuerzo tiene recompensa.

Tarde, pero me he dado cuenta. Detrás hay mucha fuerza de voluntad, muchas ganas. El camino no es fácil. Pero ahora estoy enganchada a la vida.

Estará orgullosa de lo que ha conseguido.

Si, sí y sí y que nadie me diga lo contrario.