La reinserción de presos es un tema objeto de debate social. Durante los últimos años, distintas iniciativas de RSC (responsabilidad social corporativa) han surgido con la finalidad de buscar solución a este problema. En este sentido, las empresas están apostando, poco a poco, por la inclusión de personas que han salido de prisión como parte de una segunda oportunidad.

Un derecho garantizado en la Constitución

Las penas privativas de libertad, en ningún caso, pueden consistir en trabajos forzados. En su lugar, deben fomentar la reinserción social y estar orientadas hacia la incorporación en el mundo laboral. De este modo, se busca que los presos sean capaces de empezar una nueva vida y ser independientes económicamente.

Sin embargo, lo anterior plantea un problema que comienza en la frontera con el sector privado. Las políticas públicas se cumplen en cierto modo, pero las empresas tienden a rechazar a quienes poseen antecedentes penales. Hace unos años, la Universidad Autónoma de Barcelona elaboró un estudio sobre las posibilidades laborales de los expertos. Las conclusiones de este informe no podían ser más claras. Entre un total de 3225 personas que habían salido de prisión, solo el 44 % logró encontrar un empleo. Por su parte, el 33 % de las personas no pudieron volver al mercado laboral durante ese plazo, mientras que el 23 % fueron calificados como reincidentes.

Todo lo anterior abre una senda de inconvenientes de los que, actualmente, se comienza a vislumbrar una solución. De hecho, diversas compañías están fomentando programas de RSC basados en la incorporación de personas en tercer grado o que disfrutan de libertad definitiva. A largo plazo, el objetivo de estas iniciativas es abrir un camino sólido y estable para quienes han cumplido condena.

El Centro de Iniciativas para la Reinserción, una oportunidad

Hace varios años, en Cataluña se creó la primera institución pública que defiende la reinserción laboral de los expresos. El CIRE (Centro de Iniciativas para la Reinserción) depende directamente del Departamento de Justicia. Bajo la denominación de empresa pública, busca forjar alianzas con el sector privado en favor de la sociedad.

Bajo el objetivo de «dar segundas oportunidades a las personas privadas de libertad, a través de la formación y el trabajo», han conseguido mantener unas cifras esperanzadoras. Solo en 2021, lograron encontrar opciones laborales a 3500 personas y formar a otras 2000, mientas que incluyeron a casi 3000 más en bolsas de empleo.

Ese mismo año, además, impartieron un total de 261 cursos en 20 centros penitenciarios de toda la comunidad autónoma. De esta manera, consiguieron proporcionar casi 1800 acreditaciones a personas que necesitaban formación profesional. Es más, estas cifras no han parado de crecer desde 2010, tal y como reflejan sus informes anuales.

La necesidad de reinsertar a los presos en el mundo laboral

Recientemente, el IESE Business School se hizo eco de un informe sobre reinserción enfocada desde la perspectiva de la RSC. Uno de los casos de éxito más populares tuvo lugar en Italia. Según el propio estudio, dos tercios de los expresidiarios vuelven a penitenciaria tras cometer otro delito en este país.

En la cárcel italiana de San Nicola (Lecce), emprendieron un proyecto de incorporación al mercado laboral. Las presas, una vez que terminaran su condena, tenían la posibilidad de acceder a un puesto laboral. Los resultados de esta prueba no pudieron ser más exitosos:

  1. Creación de espacios seguros y zonas de confort: tener la posibilidad de mantenerse lejos de las hostilidades de prisión les permite socializar libremente y crear lazos con compañeras de empleo.
  2. Adquirir capacidad de esfuerzo y superación: cada cierto tiempo, se celebraba una entrega de premios y reconocimientos para inculcar la necesidad de implicarse con sus objetivos.
  3. Trabajo en equipo y colaboración en grupo: más allá del individualismo, comprendían que había una forma distinta de trabajar. En lugar de delinquir, pueden unir fuerzas para mantener una nueva vida fuera de prisión.
  4. Vuelta al mundo exterior mediante la responsabilidad: poseer un trabajo remunerado les ofrece la posibilidad de ser independientes y volver a conocer la vida digna en sociedad.

Sin duda, este estudio demuestra cómo la reinserción en el mundo laboral es beneficiosa para todos. La sociedad gana al convertirse en más diversa e inclusiva. Por su parte, las empresas contratan a empleados formados y dispuestos a adquirir una nueva forma de vida. Y lo más importante, los expresidiarios descubren un modo de vida más allá de la delincuencia.

La reinserción de presos puede ser una futura clave de la responsabilidad social corporativa. Los ejemplos de Italia y Cataluña demuestran la capacidad que tienen de abrir nuevas vías de trabajo. En el corto plazo, queda la creación de nuevas instituciones que sigan la senda ya marcada por organismos como el CIRE.