El embalse de Ricobayo (Zamora) reconvertido en terrenos de labor. Es lo que se han encontrado los vecinos de Andavías y Palacios del Pan. El brazo del embalse que separa estos dos pueblos amanecía roturado, en ambas orillas. Una zona de unas 15 hectáreas lista para sembrar por iniciativa de algún agricultor de la zona que se ha introducido con su arado en todo lo que antes era del río.

El arroyo de la Ribera atraviesa el casco urbano de Andavías y justo después pasa al término de Palacios para desembocar en el Esla. La zona que forma parte del embalse lleva seca desde que Iberdrola vaciara el pantano el pasado verano, y aunque lo habitual es que el agua llegue hasta Andavías bien en invierno o bien en primavera, esto no ha sucedido aún este año, con el embalse todavía al 30% de su capacidad en el mes de enero.

La zona roturada corresponde al término municipal de Palacios del Pan, y va desde el puente del camino rural que une Palacios y Valdeperdices, hasta el límite del término de Palacios con Andavías. El autor de este curioso trabajo se ha esmerado en roturar desde la zona más alta hasta lo que queda de regato en ambas márgenes del embalse.

Esta “hazaña” ha sido tema de conversación en los últimos días entre los vecinos de Palacios y, sobre todo, en Andavías. Esta última localidad tiene mejores vistas a la zona “arada por sorpresa” del embalse, que se divisa directamente desde varias viviendas. Algunos temen que cuando crezca el agua la zona se convierta en un “lodazal” después de que el arado haya removido toda la tierra. Hasta Palacios también han llegado las noticias y no pocos vecinos se han dado un paseo por el embalse para divisar el nuevo paisaje desde el puente de Valdeperdices.

Esta zona “ganada” al embalse de Ricobayo es tan amplia que, sembrada y cosechada, podría dar más de 30 toneladas de cereal si la coyuntura climatológica fuera favorable al agricultor. Pero también puede ocurrir que en unas semanas suba el nivel del embalse con el deshielo primaveral y todo el cultivo se eche a perder.

No es la primera vez, ni será la última, en que un agricultor se salga un poco de sus tierras para sembrar en una zona seca del embalse, pero este caso ha sorprendido por las dimensiones de toda la zona roturada.

Los terrenos que forman parte del embalse se consideran “dominio público hidráulico” y cualquier actuación en ellos está sometida a ciertas normas y al control del organismo regulador de la cuenca, en este caso la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que depende del Ministerio de Transición Ecológica. Esto no significa que esté prohibido sembrar siempre, pero se necesita su permiso.

Desde la CHD informan que las siembras, plantaciones y corta de árboles en terrenos de dominio público hidráulico “requieren autorización previa, de acuerdo a lo recogido en el artículo 73 del Reglamento del Dominio Público Hidráulico aprobado por Real Decreto 849/1986, de 11 de abril (RDPH)”.

Este procedimiento incluye un trámite de información pública en el que se podrán presentar peticiones en competencia.

Roturar el terreno o sembrar sin seguir este procedimiento “supone una infracción” que podría conllevar la apertura de un procedimiento sancionador.