El Papa Francisco sigue haciendo maniobras para modelar a la Iglesia del futuro. El pontífice argentino aceptó recientemente la renuncia como arzobispo de Filadelfia del fraile capuchino Charles Joseph Chaput, considerado una de las voces críticas conservadoras más visibles en Estados Unidos.

La decisión, divulgada por la oficina de prensa de la Santa Sede, llega menos de cinco meses después de que Chaput presentara su renuncia por límites de edad. Es un tiempo casi récord en Vaticano, que puede tardar incluso años en relevar a un obispo por otro. La misma fuente comunicó que Francisco ha elegido como sustituto al obispo hispano Nelson J. Pérez, que habla español -el idioma de alrededor de 1,5 millones de los habitantes en Filadelfia- e inglés.

Chaput, quien había sido nombrado en el cargo por Benedicto XVI, había entrado en el ojo del ciclón por sus críticas a la exhortación apostólica Amoris Laetitia, publicada en el 2016 y en la que Francisco abrió a los divorciados vueltos a casar. Un texto que en la inmediatez suscitó un coro de descontento en el ala conservadora de la Iglesia.

oleada ultra / La preocupación de Francisco por el origen estadounidense de las intrigas de las que a menudo ha sido víctima ha sido -de manera indirecta- reconocida por él mismo. «Es un honor ser atacado por los norteamericanos», bromeó en septiembre pasado, tras ser consultado por el periodista francés Nicolas Seneze, autor de un reciente libro titulado Cómo Estados Unidos quiere cambiar al Papa.

Y es que en los últimos meses un pequeño pero ruidoso grupo de prelados disidentes estadounidenses -también molesto por las aperturas en favor de las mujeres- ha hecho oír su voz, llegando incluso a sugerir que el Papa esté llevando la Iglesia hacia un cisma. «No tengo miedo a los cismas; rezo para que no se den», respondió Francisco.

Por ello, la incógnita es si esta decisión tendrá nuevas repercusiones sobre el pontificado de Francisco, puesto además que muchos conservadores son admiradores confesos de Chaput.