Treinta días después, los Mossos d’Esquadra tratan la desaparición de Janet Jumillas, la mujer de 39 años que se «desvaneció» en Cornellà el pasado 13 de marzo, como un crimen. El caso lo lleva la Unitat Central de Persones Desaparegudes, cuyos investigadores se activan solo cuando existen sospechas que apuntan a una desaparición de origen criminal. Aunque no hay pistas claras sobre quién ha abierto el agujero en la tierra que se ha tragado a Janet, la policía catalana tiene claro que no hay ningún motivo para creer que esta madre soltera haya abandonado voluntariamente a sus dos hijos.

La familia Jumillas llegó a Viladecans procedente del municipio Torreperogil, ubicado cerca de Jaén, hace más de 50 años. El matrimonio tuvo cinco hijos. La hermana mayor, María, falleció hace casi un año y ello depositó sobre la más pequeña, Janet, el encargo de cuidar de sus padres, ambos de edad avanzada. Su madre, enferma de diabetes, tiene además un alto grado de dependencia.

La mujer que buscan los Mossos residía con sus dos hijos en el domicilio paterno del barrio de Sales de Viladecans, un vecindario de casas bajas que recibió la migración andaluza de la década de los 50, 60 y 70 y la primera remesa de población marroquí que se mudó a Cataluña a principios de los 80. Hay niños escolarizados en el municipio de origen magrebí que ya son de tercera generación. Una de las familias que desembarcó en Viladecans con maletas andaluzas fue la de los Jumillas, cuyo apellido nadie desconoce en Sales. Janet se pasaba las mañanas recorriendo arriba y abajo la calle de Cataluña con sus dos hijos, llevándolos al colegio y trayéndolos de vuelta. Paradas en el horno de pan, en la carnicería o en el quiosco de Adela, adonde consentía que se gastaran «un euro en golosinas». Janet, según los vecinos, trabajaba «de lo que hiciera falta»: de canguro de la hija de Luisa, limpiando casas o haciendo masajes a domicilio para aliviar contracturas de los vecinos. Pero su jornada incluía, además, echar una mano a uno de sus hermanos, que residía en el rellano del mismo bloque.

Los dos hijos de Janet son fruto de dos relaciones distintas y ya finalizadas. Es decir, en la actualidad era una madre soltera y pluriempleada a cargo de dos hijos, de sus ancianos padres y, con intermitencias, de un hermano. Dejar a la familia Jumillas sin Janet es dejarla sin su columna vertebral.

La mujer desapareció el 13 de marzo en Cornellà. Había acudido a este municipio para realizar un trámite en una oficina de Hacienda. Por Whatsapp, envió un audio a su sobrino Fernando subrayándole que en una media hora estaría de regreso en Viladecans para desayunar. No se presentó. Su teléfono móvil apagado. No hay pistas de su paradero.