Con citas electorales la próxima primavera, se impone la necesidad de que, especialmente las mujeres, por lo mucho que nos jugamos, ejerzamos nuestra responsabilidad democrática y dejemos claro que nuestros derechos son intocables y que no hay pacto posible con quienes defienden en las instituciones las pretensiones de los violentos. No vamos a callar». Así termina el manifiesto Ni un paso atrás que han secundado más de 100 organizaciones feministas y que fue difundido ayer en una multitudinaria rueda de prensa en Madrid y otras 20 ciudades. Fue la acción inicial o la «casilla de partida» a un conjunto de movilizaciones que estos colectivos llevarán a cabo para mostrar su rechazo a Vox, desmontar sus «falacias» y exigir a PP y Cs que «no negocien los derechos de las mujeres». La próxima convocatoria será el 15 de enero, día en que se celebrará una gran concentración ante el Parlamento andaluz, que se reeditará por la tarde en todas las provincias. A partir de ahí, los colectivos feministas avisan de que llevarán a cabo una «campaña constante y permanente» con la vista puesta en calentar motores de cara al 8-M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, jornada en la que no dudan que los planteamientos «machistas» de Vox serán protagonistas. Asimismo, asociaciones como la Federación de Mujeres Progresistas o Mujeres Juristas Themis estudiarán la posibilidad de solicitar la ilegalización del partido ultra y de querellarse contra sus líderes por injurias y calumnias. Si bien, según admitió la presidenta de Themis, María Ángeles Jaime de Pablo, esas vías son «largas y costosas» y no producen resultados inmediatos. La ilegalización se fundamentaría en que Vox vulnera el principio de igualdad recogido en la Constitución, si bien, tendría pocos visos de salir adelante porque, hasta ahora, la única prohibición que ha salido adelante, la de Batasuna, se basó en que justificaba la violencia de ETA.

El manifiesto avisa de que un partido extraparlamentario, como Vox, no puede derogar la ley estatal contra la violencia machista y avisa a los ultras de que «negar la violencia de género» y sus cifras alarmantes -47 fallecidas en el 2017 y 946 desde que hay estadísticas- es como negar el Holocausto judío. Asimismo compara a la formación de extrema derecha con el Ku Kux Klan, al incluir en su programa un «intolerable retroceso de los derechos de las mujeres» que conduce a la «época franquista, a la mujer sumisa, a la esclava paridora al servicio del varón». «No vamos a permitirlo», concluye.