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EL SILENCIO DE LA HOMILIA SOLO SE ROMPIO CON LOS GRITOS DE LAS MADRES

Dolor y rabia en el sepelio de las niñas atropelladas

Numerosas personas acuden a la despedida de las tres adolescentes. Uno de los menores arrollados sigue hospitalizado en Toledo

Dolor y rabia en el sepelio de las niñas atropelladas

Cientos de personas, entre familiares, amigos y vecinos de las tres niñas atropelladas el sábado acudieron ayer al funeral oficiado en Fuensalida (Toledo), donde se sucedieron innumerables escenas de dolor. En torno a las cuatro de la tarde llegaron los féretros con los restos mortales de las tres niñas de 12, 15 y 16 años, que fueron introducidos en la iglesia a hombros por sus familiares. El silencio solo se ha roto con los gritos de dolor de sus madres y el aplauso de sus paisanos, que siguen sin comprender qué ha podido pasar para que este suceso haya tenido tan trágico desenlace.

El párroco de Fuensalida trasladó su pésame a las familias "en estos difíciles momentos", en nombre del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez. "Un suceso inesperado ha golpeado vuestras vidas, por eso todos queremos estar aquí para apoyaros", dijo el párroco. También pidió por el joven de 17 años residente en Santa Cruz de Retamar que, como consecuencia del mismo accidente, permanece en la UVI del hospital Virgen de la Salud de Toledo.

Tras el funeral, los cuerpos de las jóvenes Michelle y Nerea han sido enterrados en el cementerio municipal, mientras que el de Ana, será incinerado para trasladar sus restos a Portugal, de donde proceden sus padres.

El atropello se produjo a las 07.25 horas del sábado, en el kilómetro 3.200 de la carretera TO-3927, que une las localidades de Torrijos y Fuensalida, cuando un hombre de 30 años que viajaba en dirección a este último municipio invadió el carril y el arcén contrario, llevándose por delante a cinco menores, de los que tres resultaron muertas.

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