El videojuego es ya una materia tan académica como la filosofía, la sociología o los medios de comunicación. Al menos para el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Ciencias Sociales, que prefirió ayer la imaginación de Shigeru Miyamoto, el director creativo de Nintendo y autor de sagas de juegos tan conocidas como Mario, Zelda o Nintendogs, frente a los méritos de otros candidatos como la mítica agencia Magnum o el filósofo Edgar Morin, y lo equiparó así a Claudio Sánchez Albornoz o a Google, anteriores premiados.

Para el jurado que presidió la filósofa Adela Cortina, Miyamoto es el "artífice de la revolución del videojuego didáctico, formativo y constructivo", y creador de "nuevas formas de comunicación y de relación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas". El acta elogia también su rechazo a la violencia y sus valores educativos.

A Miyamoto (Kioto, 1952) se le ha llamado "el Spielberg" o "el Disney" de los videojuegos por su capacidad para extraer las emociones del jugador y para crear series que explotaran el éxito de un personaje, como el fontanero Mario, su amigo Luigi, el héroe Link de La leyenda de Zelda, el gorila Donkey Kong o los perros de Nintendogs. Juegos que son ya parte del imaginario colectivo de varias generaciones.

"Es una figura de referencia en el mundo del videojuego. Muchos creadores lo citan como influencia por sus innovaciones y por su carisma", afirma Iván Fernández Lobo, director de la feria Gamelab, impulsores de su candidatura durante los tres últimos años, y que aspiran con ella a que se reconozca académicamente a toda una industria.

ALMA DE NINTENDO Porque Miyamoto, más que un autor individual, es responsable de varios equipos de desarrollo y el impulsor de haber llevado el videjuego a públicos más amplios que el de los adolescentes: los niños (con Mario, Zelda y Nintendogs), los abuelos con la consola Nintendo DS y su juego Brain Training, al que el márketing vendió como estimulador mental, y a las mujeres con la Wii, la primera consola que se comandaba con gestos y con la que supuestamente se podía tener el gimnasio en casa gracias a un accesorio.

El creador --que provocó una caída en bolsa de Nintendo cuando afirmó que quería retirarse-- ha sabido distanciarse de algunas decisiones de su empresa que no han sido muy de su agrado, como la Nintendo 3DS o los famosos Pokémon.