Las webs para compartir archivos están en el punto de mira legislativo desde el cierre, el pasado jueves, de Megaupload, la principal página de enlaces y descargas de contenido protegido por derechos de autor en internet. La demanda del FBI que ha hecho que Nueva Zelanda detenga al dueño del portal, Kim Dotcom, y otros seis responsables del portal por "violar las leyes de protección intelectual y blanquear dinero" incluye a otras páginas que enlazaban hacia Megaupload, entre ellas las españolas Series Yonkis y Películas Yonkis, y la argentina Taringa, entre otras, que ofrecían películas, música, videojuegos, programas, libros y fotografías sin tener permiso de sus autores.

Algunas como Ninjavideo y ThepirateCity, y la alemana Kino.to fueron clausuradas ayer en la misma operación. Burn Media, propietaria de Series Yonkis y Películas Yonkis, asegura en su web que "en ningún momento ha tenido contacto ni relaciones comerciales de ningún tipo con Megaupload". Pero el FBI las considera parte del entramado porque vinculaba a enlaces del portal, que no solo ofrecía los contenidos que colgaban sus usuarios --y a los que además recompensaba por ellos-- sino que tenía habilitado un sistema de descarga directa desde sus servidores para que fuera más rápido, y por el que cobraban desde 9,9 a 199,99 dólares, según el tiempo que se contratara.

Las suscripciones les habrían reportado unos ingresos, según el fiscal contra el Cibercrimen, Jay V. Prabhu, de 150 millones de dólares en los últimos seis años (desde septiembre del 2005 a junlio del 2011), mientras que la publicidad les habrían supuesto otros 50 millones de dólares. Tenía 180 millones de usuarios registrados, 50 millones de visitantes diarios y consumía el 4% del total del tráfico de internet.

Megaupload, además, aunque estaba gestionada desde Nueva Zelanda, estaba alojada en los servidores en la empresa Cogent Communications, en Virginia, a escasos kilometros del Pentágono, el FBI y la Casa Blanca, lo que ha permitido el cierre con la legislación vigente en Estados Unidos, antes incluso de aprobar la llamada Stop Online Piracy Act (SOPA), que ayer fue finalmente paralizada por el Congreso.