La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha asegurado hoy que su país está dispuesto a sumarse a un fondo anual de 100.000 millones de dólares (69.000 millones de euros) para que los países en desarrollo puedan hacer frente a los peores estragos del cambio climático.

Clinton, no obstante, ha condicionado cualquier éxito en la cumbre de Copenhague a un aspecto fundamental: China debe aceptar un control internacional de sus emisiones de dióxido de carbono para que todas las potencias las midan igual y con los mismos calendarios.

Hasta ahora, el régimen de Pekín solo ha anunciado que limitará sus emisiones en función de su crecimiento económico. "Hay que avanzar en la transparencia". China se ha negado sistemáticamente a estos aspectos.

ESPERANDO A OBAMA

A la espera de la llegada de Barack Obama a Copenhague, la secretaria de Estado tampoco definió qué parte de los 100.000 millones de dólares le correspondería a EEUU.

La UE ha anunciado una ayuda anual de 10.000 hasta el 2012 y Japón la ha elevado a 15.000. En cualquier caso, las ayudas globales empezarían en el 2010 de forma más modesta y irían aumentado hasta llegar a los 100.000 millones de dólares en el 2020.

Clinton también ha condicionado la contribución a que los países receptores de la ayuda internacional se sometan a algún tipo de control para evitar que el dinero sea destinado a usos muy alejados de la mitigación del cambio climático.