El féretro del pequeño Rayan, fallecido por negligencia médica en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha sido enterrado hoy en el pueblo marroquí de Mdiq junto a su madre, Dalila Mimuni, primera víctima mortal de gripe A en España.

Sobre las 14.00 horas (las 15.00 en horario peninsular español), los familiares han trasladado el ataúd hasta el cementerio de Mdiq, donde el cuerpo del niño ha recibido sepultura, acompañados por unas 200 personas y ante el atento seguimiento de un buen número de medios de comunicación.

Celebrada bajo un intenso calor, la ceremonia, a la que por tradición marroquí solo han asistido hombres, ha durado alrededor de 15 minutos y ha estado oficiada por un imán, que ha recitado versos del Corán.

Pésame de las autoridades

A continuación, la familia de Rayan ha recibido el pésame de las autoridades del pueblo y los demás asistentes. Previamente, la familia se había congregado para rezar por Rayan en la vivienda familiar del padre del niño, Mohamed el Uriachi, y en una mezquita cercana, donde han celebrado también la oración musulmana del mediodía.

Durante las exequias, el alcalde de este pueblo septentrional, Mohamed el Yacubi, se ha acercado a dar el pésame a la familia y ha leído la carta que el rey marroquí, Mohamed VI, les dirigió ayer, en la que expresaba sus condolencias y citaba algunos versos coránicos.

La rutina de Mdiq, pueblo del que son naturales Dalila y Mohamed, ha quedado alterada por el paso del cortejo fúnebre, tan amplio que la policía se ha visto obligada a cortar las calles más céntricas de la localidad.

Presencia española

Más de una veintena de medios de comunicación locales y extranjeros, parientes y algunos curiosos se han acercado al lugar para acompañar a la familia.

Los restos mortales del niño habían llegado al aeropuerto de Tetuán a las 10.53 horas (las 11.53 en horario español) en un avión militar fletado por el rey Mohamed VI, en el que también viajaron El Uriachi y la madre de Dalila, Aziza Ismaili.

Allí esperaba el cortejo fúnebre, en el que se encontraban las familias de Mohamed y Dalila, así como el canciller del Consulado de España en Tetuán, Jesús Cuartero.