La lluvia trajo ayer de nuevo lágrimas y decepción entre costaleros y cofrades en varios puntos de Andalucía, al suspenderse procesiones que afrontaban con ilusión la Semana Santa tras los dos años en los que las imágenes titulares han estado confinadas por las medidas de seguridad del covid-19.

La hermandad del Cerro de Sevilla, la primera que tenía que salir en procesión el Martes Santo a las 11.30, anunciaba que suspendía su estación de penitencia por la previsión de lluvia durante todo el día, e iniciaba una cadena que afectaría a varias de las siete que ayer tenían previsto salir de sus templos. El llanto de los costaleros de la Hermandad de San Benito, o la llegada de los nazarenos, sorteando charcos, a la de San Esteban, eran estampas repetidas en pueblos y ciudades de Andalucía.

Así que la vista está puesta en el cielo, pues a partir de hoy se espera que los nubarrones se alejen y vayan subiendo las temperaturas para dejar paso a días soleados y cálidos. Estas expectativas han servido para reafirmar el deseo de los turistas. Así, la Dirección General de Tráfico asegura que se esperan a partir de hoy (y esta tarde es la más peligrosa) casi 1,8 millones de desplazamientos por carretera en Andalucía, en torno al 21% del movimiento que habrá en España, y la Junta de Andalucía, por su parte, sitúa en torno al 70% la ocupación hotelera para estos días festivos, con casi el 100% en las casas rurales y en torno al 90% en determinadas zonas de turismo de interior y costeras.