Las agujas del reloj del Viernes Santo van marcando el final de la Semana Santa en un año en el que la devoción popular se ha medido en los templos donde se han venerado y este viernes se seguirán venerando las imágenes titulares de las cofradías.
Desde por la mañana de este Viernes Santo la plaza de Capuchinos ha sido un no parar para ver a la Señora de Córdoba, la Virgen de los Dolores, que en su camarín espera la visita de los cordobeses. A sus pies, entre los faroles de su paso, se puede ver al Cristo de la Clemencia.
En San Pablo las puertas también se han abierto para contemplar a los titulares de la hermandad de la Expiración, la cofradía celebrará esta tarde el Sermón de las Siete Palabras, un acto abierto a público hasta completar aforo.
El bullicio que cada año envuelve a la hermandad del Descendimiento es este viernes sosiego y quietud en la parroquia de San José y Espíritu Santo donde el Señor está expuesto con todo el misterio y la Virgen del Buen Fin entronizada en su capilla, exornada con distintas piezas de su paso de palio.
También será un día para descubrir una joven hermandad, la Conversión, que con este año lleva dos esperando para hacer carrera oficial. El titular el Cristo de la Oración y Caridad se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario (Electromecánicas) junto a los dos ladrones que conforman el misterio.
Y en la Compañía están expuestos a la veneración los titulares de la hermandad del Sepulcro, el Señor en su antigua urna y tras él la Virgen del Desconsuelo, san Juan y la Magdalena.
Un Viernes Santo que tampoco dejará que la Virgen de la Soledad cruce el dintel de su nueva sede canónica, la parroquia de Santa María de Guadalupe, por el momento se tendrá que conformar con las numerosas muestras de cariño del barrio de Levante que no han cesado desde que se abrieron las puertas del templo.
Este Viernes Santo, como los demás días de la semana, el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, ha recibido en la Catedral a las hermandades de la jornada en el acto conjunto que viene celebrando día a día.
