El Miércoles Santo las cofradías del día volvieron a mostrar a sus titulares con la esperanza de que pronto esto sea solo un recuerdo para la historia, pero un recuerdo bonito, el ver cómo en una situación tan especial, la ciudad se vuelca con las imágenes titulares, para muchos la primera vez que las ven en sus iglesias.

El día transcurrió como los anteriores, con mucha gente haciendo cola en las puertas de los templos, pero con respeto y sabiendo donde están y lo que van a ver. Asimismo, es de destacar la organización por parte de las cofradías adaptadas a los protocolos sanitarios que esta pandemia nos ha dejado.

La mayoría de las hermandades abrieron sus puertas por la mañana para la veneración de sus titulares en un día en el que seis cofradías muy variadas entre sí tendrían que haber hecho estación de penitencia en la Catedral.

Unas cofradías que compaginaron la veneración pública de sus titulares con actos de culto internos solo para hermanos. No obstante, hubo mucho tiempo para que los cordobeses se acercaran a los templos a venerar a las queridas imágenes de las hermandades.

En la lejana barriada de las Palmeras, estuvo a la veneración el Cristo de la Piedad y la Virgen de Vida, Dulzura y Esperanza Nuestra. Fueron muchos los vecinos que pasaron por la iglesia de San Antonio María Claret para venerar a las imágenes dispuestas en el altar mayor del templo.

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Miércoles Santo. Calvario Francisco González

Por su parte, la hermandad del Perdón recibió las visitas en la parroquia de la Trinidad y no en su sede de la recoleta iglesia de San Roque. Las imágenes estuvieron por la mañana ubicadas en un sencillo altar donde recibe culto diario el Cristo de la Providencia y por la tarde en el altar mayor del templo.

Pero si hubo un lugar donde no cesaron las colas, ese sitio fue la plaza de Capuchinos, donde desde por la mañana se vio un no parar de gente para contemplar alguno de los pasos que esta Semana Santa se han montado, en esta ocasión los de la Virgen de la Paz y el Señor de la Humildad y Paciencia. La Virgen estuvo y estará toda la Semana Santa entronizada en el palio de las Palomas una obra diseñada por fray Ricardo de Córdoba en los años 80, que la hermandad dejó de usar en el año 2011 cuando estrenó su nuevo palio bordado en plata.

También son muchos los que caminaron hacia la basílica de San Pedro donde los titulares de la hermandad de la Misericordia estuvieron recibiendo sobre todo el cariño y la veneración de sus cofrades. Las imágenes lucieron en un altar conjunto situado en la capilla donde se veneran. La Virgen de las Lágrimas en su Desamparo lució el recién restaurado manto de salida.

Por su parte, la hermandad de Pasión abrió sus puertas por la tarde para que la ciudad pudiera venerar a sus titulares. La hermandad dispuso un altar conjunto, donde en la parte superior estuvo la Virgen del Amor y San Juan y abajo, sobre un calvario, el Señor de Pasión, que lució por primera vez la llamada túnica de la corona, una impresionante pieza que fue bendecida la pasada semana.

No ocurrió lo mismo en San Lorenzo, ya que desde temprano se abrieron las puertas para venerar al Señor del Calvario y la Virgen del Mayor Dolor dispuestos en el altar mayor de la parroquia en un sencillo altar presidido por la cruz de guía de la cofradía.

A la par que los titulares recibían la veneración de los fieles, los hermanos mayores de cada una de las cofradías del día, junto a algunos representantes de la misma, rezaron juntas en la Catedral, en un acto presidido por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández. Como en días anteriores, el prelado agradeció a las hermandades su presencia, destacando la labor caritativa de las mismas. Asimismo, agradeció el trabajo de las cofradías para alimentar la piedad popular.

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Miércoles Santo. La Paz y Esperanza Francisco González

Y también en la Catedral, pero por la tarde, se celebró el tercer concierto de marchas procesionales organizado por el Cabildo Catedral y el Ayuntamiento de Córdoba, esta vez a cargo de la banda de música de la Estrella, que interpretó un escogido repertorio de marchas como Cordero de Dios o Saeta cordobesa entre otras.

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Poco a poco, declinaba un Miércoles Santo donde un día más desde que se abrieron los templos para venerar a las imágenes titulares de las cofradías, no paró el chorreo de gente, incrementándose sobre todo por la tarde noche en zonas como la Trinidad, San Basilio, San Lorenzo o la plaza de Capuchinos, donde fueron interminables las colas para contemplar en esta histórica tarde los inertes pasos de la hermandad de la Paz. Más de uno, al verlos, no pudo evitar recordarlos con emoción al compás de las marchas en una ya madrugada de Jueves Santo cruzar los jardines de la Merced. Un esperado momento que sin duda llegará, pero que por ahora, habrá que esperar al menos un año más y conformarnos con verlos en la quietud de sus pasos procesionales.