Lo único que puede reprochársele a una comunidad, a una ciudad o a una provincia que hace lo imposible y que da la talla en los peores momentos es... "¿Por qué no ha tenido ese tesón cuando los vientos venían a favor?" Pues bien, eso sería lo único a echar en cara a Córdoba en un segundo y catastrófico año de la pandemia, el 2021, en el que, sin embargo, la sociedad e instituciones cordobesas han sacado lo mejor de sí mismas, por ejemplo, para hacerse acreedora de alojar la futura base logística del Ejército.

En general, y como apuntaban todas las previsiones económicas ya en el 2020, la recuperación se dejó sentir con mucha timidez en el primer semestre del año en Córdoba y ya de forma más decidida en la segunda parte del año, todo ello en paralelo al proceso de vacunación que, si a nivel nacional es ejemplo para la práctica totalidad de países del entorno, aún fue más eficaz en Córdoba respecto a la media andaluza y nacional.

Incluso, podría distinguirse en Córdoba una recuperación socioeconómica en el 2021 marcada no solo por esos dos semestres, también por cómo se sucedieron las olas de la pandemia en España, con una tercera crisis de casos disparados a finales de enero, una suave cuarta ola que no pasó a finales de abril de lo que ahora se considera nivel de riesgo medio, y una quinta ola más que significativa a finales de julio, pero ya con muchísimas menos restricciones gracias a que por entonces se estaba a punto de lograr la tan cacareada como ansiada inmunidad de rebaño por el buen proceso de vacunación. Y en todas y cada una de estas olas del covid-19 y sus variantes con la hostelería cordobesa, el turismo, el transporte de viajeros e industria cultural como los principales sectores dañados.

El pabellón Vista Alegre se utilizó, como en otras ciudades diversas instalaciones deportivas, para las vacunaciones. FRANCISCO GONZALEZ

Como ya se ha dicho, una vez terminado el Estado de Alarma y según marchaban las vacunaciones, las medidas restrictivas que tanto afectaban a sectores como la hostelería eran menores, en paralelo a la ratio de fallecimientos por contagios. De hecho, el descenso de la quinta ola estuvo rodeado de esperanzas fundadas de estar venciendo definitivamente al covid-19, lo que llevó a un otoño en Córdoba casi sin restricciones más allá de las impuestas por uno mismo y el sentido común. Unos meses, sobre todo octubre y noviembre, con una intensísima agenda de citas sociales, culturales, deportivas y festivas de todo tipo, tanto para ciclos que se suspendieron el pasado año y que retornaban al calendario asumiendo la nueva normalidad (como la Carrera de la Mujer o Flora en una cuarta edición con un centenar de actos) como para otros eventos aplazados a lo largo del pasado año y medio de pandemia e incluso algunos nuevos en el calendario, como actos de culto o culturales cofrades tales como la exposición Arte y Artesanía, o una segunda edición extraordinario de los Patios en otoño, en este caso dentro del programa del centenario del Concurso Municipal.

En todo caso, un otoño esperanzador y productivo para todos los sectores con infinidad de citas entre las que hay que mencionar algunas del 80 aniversario del periódico, que no se ha quedado corto tampoco en iniciativas contra la crisis, ya fuera con foros de debate, secciones para analizar la situación y presentar propuestas o manteniendo premios como el de los Cordobeses del Año, los galardones al turismo, al desarrollo sostenible, el deporte base...

De patios en la calle San Basilio, en mayo. FRANCISCO GONZALEZ

Sin embargo, y volviendo al elogio de la capacidad de resiliencia y de sacar lo mejor de sí misma de Córdoba justo en los peores momentos, llama la atención como en un año tan nefasto a priori la sociedad e instituciones cordobesas consiguió el éxito en lo más duro de la tercera ola, con toque de queda y máximas restricciones, en torno a una iniciativa municipal montada a la carrera, pero tan sólida y consensuada que en ello hay que agradecer la experiencia adquirida por Córdoba en ocasiones pasadas bien coronadas con el fracaso (como con la candidatura a la Capital Cultural Europea 2016) como con el éxito, caso de Los Patios y Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad.

Así, en lo peor de la pandemia y en tiempo récord la iniciativa que encabezó el Ayuntamiento para optar a albergar la base logística del Ejército, un proyecto para reagrupar los 12 centros militares de mantenimiento dispersos por España y que supone 350 millones de euros de inversión, logró un sólido respaldo institucional, ciudadano, científico (por parte de la UCO) y hasta financiero, siendo Córdoba la única cuyo consistorio puso 28 millones de euros sobre la mesa (que nunca es mal argumento) antes de empezar a demostrar sus múltiples ventajas sobre el resto de ciudades competidoras. En diciembre del 2020 se formalizó la candidatura, en enero se presentó el proyecto y el 4 de febrero se conocía que Córdoba había ganado esta oportunidad de futuro.

Los jugadores del Córdoba CF celebran el primer título en décadas del club. A.J. GONZÁLEZ

Desde entonces, el año ha venido marcado por un proyecto que cada vez se torna más rápido en sus plazos y más ambiciosos por su potencial de empleo, económico, tecnológico, estratégico (aspira a ser un hub del Sur de Europa) y de investigación con la UCO y para empresas afines. Más aún, marcó las noticias del año, como aquel 17 de septiembre cuando se firmó el acuerdo entre Defensa, la Junta (que aportará 100 millones de euros) y el Ayuntamiento.

Por supuesto no ha sido la única noticia buena de un año desagradable que ha venido a demostrar la resiliencia de Córdoba, como con los triunfos en las Olimpiadas de Tokio de Fátima Gálvez y Alfonso Cabello; la fortaleza del campo pese a la falta de lluvia y los bajos precios; la reinvención de una Semana Santa con devotos visitando las iglesias, con Juana Castro recibiendo el Premio de las Letras Andaluzas o un descenso del Córdoba a la cuarta categoría del fútbol nacional convertido después en un paseo militar de victorias con la Copa Federación incluida...

Ello no disuelve las incógnitas para el 2022, sobre todo con el brutal e inesperado repunte de contagios tras la entrada de la variante ómicron en España que ha puesto a Córdoba con unas cifras de incidencia del virus estratosféricas. Pero con una Córdoba más fuerte si cabe que el año pasado para hacer frente a los desafíos.