Treinta sensores internos (en casas) y externos (en la calle) colocados en los puntos calientes del concurso municipal de patios, en las zonas del Alcázar Viejo y Santa Marina vigilan desde el lunes que no se excedan los aforos establecidos y sea posible en todo momento mantener las distancias de seguridad, tanto en el interior como en el exterior de los recintos. La Delegación de Transformación Digital del Ayuntamiento de Córdoba, que dirige la concejala Lourdes Morales, arrancó el pasado lunes el pionero sistema de seguridad basado en tecnología punta que ya se puso en marcha el año pasado y se ha perfeccionado para la edición del centenario, en colaboración con el Aula de Transformación Digital de la Universidad de Córdoba.

Según Morales, este año se han instalado más sensores externos que controlan los aforos en las calles en las distintas franjas horarias, además de sensores internos que vigilan el flujo de visitantes que acuden a cada recinto en tiempo real. Toda la información se centraliza en un panel de control a partir del cual parten las alarmas a la Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja en caso necesario para que intervengan y desalojen los espacios afectados.

Hasta el momento, no se ha registrado ninguna alerta aunque los ojos están puestos en este momento en el fin de semana, el primero de esta edición, en el que además de los sensores que están funcionando, empezarán a volar los drones de vigilancia desde Caballerizas Reales. Lo harán en horario de 11.30 a 13.30 y de 17.30 a 19.30 horas, según Morales, que ha expuesto cómo estos vuelos están perfectamente programados y se realizan sobre terrenos acotados en las zonas de máxima acumulación de público de años previos. En concreto, volarán por el Alcázar Viejo, donde acuden habitualmente más turistas y se producen más colas. La información que reciben los drones está anonimizada (no se puede identificar a nadie concreto).

Mediciones de los niveles de CO2

La incorporación de esta tecnología es especialmente relevante en una edición marcada aún por la pandemia ya que junto a los sensores de aforos y a los drones, desde el lunes hay medidores de niveles de CO2 que controlan que los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias no se superen en ningún momento. Aunque los patios son espacios cerrados, muchos cuentan con rincones y lugares con menor ventilación que han sido los elegidos para introducir esta tecnología, que también emite alertas de forma coordinada con la Policía Local.

Como ocurrió el año pasado, en el que los fines de semana se produjo más de una alerta, según ha recordado la concejala, cuando esto ocurre se da aviso a los dispositivos de seguridad presentes en la fiesta para que intervengan de inmediato. Se trata de un refuerzo extra al trabajo que realizan los controladores en los accesos a los recintos, ha recordado.

El objetivo es que en próximas ediciones todos los patios de todas las zonas incorporen los sensores que ahora están solo en los puntos calientes para conocer los flujos de personas en tiempo real, ofrecer información constante e intervenir si es necesario.  

Este fin de semana servirá de prueba de cara a la semana siguiente en la que el fin del estado de alarma podría aumentar el número de visitantes procedentes de toda España, algo que no ha ocurrido hasta el momento desde que empezó la pandemia. Según Morales, aunque se produzca tal incremento, «los controles establecidos por nuestra Delegación no tendrán que reforzarse, ya que son los más sofisticados para conocer si las zonas están más o menos saturadas».