ARQUITECTURA ANTIGUA: (categoría D). De 41 a 61 metros.

PREMIOS Reconocimientos: Accésit (1995, 1996 y 2007), Mención especial (2010) y Premio singular (2017).

A algunos de la familia les da repelús y no les gusta que se recuerde la historia. Pero Marina Muñoz y su hija, Celeste Almenara, llevan con toda normalidad esa leyenda de que en el pozo de su patio reside el espíritu de un clérigo que, desde hace siglo y medio, sale por la noche para velar por los residentes de la casa. Lo que demuestra, y eso es lo importante, con qué naturalidad los cuidadores de los patios cordobeses aceptan y hacen propia toda la magia de la historia de Córdoba y de los recintos que cuidan, aunque ello implique convivir con espíritus bonachones guardianes en lugar de, por ejemplo, contratar una moderna alarma. No es la única muestra de magia del patio de Celeste, en un edificio de 1863 que fue de los Duques de Hornachuelos, y que ya se ha hecho un hueco en la historia del Concurso de Patios por identificar las plantas con cartelitos. Algo superfluo para iniciados pero… ¡Cómo lo agradecen cientos de visitantes que nunca olvidan el patio por este gesto! Y es que si el espíritu de la Fiesta de los Patios es abrirlos al mundo… el de Celeste estaría el primero.

CUIDADORAS: Marina Muñoz y Celeste Almenara.

EL DETALLE: Los pequeños carteles que identifican los ejemplares del patio y que tanto agradecen muchos visitantes.