Opinión | Hoy

De fiesta a fiesta

Esto es un sin parar. Mi apretada agenda de fiestas. Hay que tener salud para ello, y estómago, y pastillas. Y gimnasio para hacer boca. Todo el año de fiesta a fiesta, y como y bebo porque me toca. Enero, Reyes y roscón. Febrero, Carnaval. Marzo, Semana Santa. Abril, romerías. Mayo... ¡Madre mía, en mayo! Cruces, Feria... Junio, vacaciones. Julio, vacaciones. Agosto, vacaciones. Septiembre, la Fuensanta y Cata. Octubre, el Pilar y san Rafael. Noviembre, los Santos. Diciembre... ¡Remate! Puente y vengan polvorones, y la noche buena, y fin de año... Y entre medias, cumpleaños, bodas, bautizos, onomásticas, primeras comuniones, puentes, escapadas de fin de semana, y más tabaco, más cafés, más comidas de trabajo, más cenas con los amigos, más tapitas al mediodía... Todo muy bien aderezado con tanta pringue, tanto frito, tantos potenciadores del sabor, tantos conservantes y colorantes. Y venga a tragar y tragar. Mi cuerpo hasta mi alma, convertidos en una máquina de deglutir, triturar y formarme carrillada, papada, barriga, manteca. Y la báscula cruje que te cruje. ¡Esto sí que es estar ocupado! Y mis tripas, venga a producir estiércol, y mis riñones y mi vejiga venga a producir urea. Todo mi yo convertido en máquina de abono. Lástima que tanto abono orgánico se quede en portales, fachadas, plazas, jardines y calles convertidos en pocilgas, y no vaya al campo, ya que soy tan ecológico. Así que mi vida, mi salud, mis preocupaciones y mi tiempo se limitan a saltar de fiesta a fiesta, y entre medias, a recuperarme de tanto trajín, a mis sesiones de gimnasio, a mis pastillas para mis gastritis, mis artrosis, mis jaquecas, que de todo tengo que tener en esta dulce ocupación en la que vivo.

  • Escritor

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