Opinión | El Alegato

Romance del Prisionero

Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor..., del año de Gracia de 2022, en el que, cumpliendo la Ley de Moisés y liberando a los esclavos como cada 50 años en Israel, a UGT se le ocurrió manumitir al proletariado y recurrir ante el Comité Europeo de Derechos Sociales porque el coste empresarial en España de un despido improcedente no se ajusta a la Carta Social Europea.

Alegaba el sindicato recurrente que la indemnización para el despido declarado improcedente, 33 días de salario por año de servicios y tope de 24 mensualidades, es insuficiente para resarcir el daño ocasionado al trabajador -perdón, a la persona trabajadora despedida-, y tampoco es suficiente acicate capaz de desplegar el poder disuasorio para que a la empresa le suponga un coste económico ejemplificador.

Hago un inciso respecto a la corrección que he hecho en el párrafo precedente ajustando la redacción al lenguaje inclusivo, para pedir perdón al lector haciéndoles saber la dificultad que tales exigencias me suponen, máxime cuando al inicio de mi ejercicio profesional la persona trabajadora era «el productor» y nadie se rasgaba las vestiduras.

Retomando el hilo. La verdadera pretensión de UGT ni es resarcitoria ni revulsiva sino la de dejar sin efectos la reforma operada por el Gobierno de Rajoy, que a partir de febrero de 2012 rebajó la indemnización por despido improcedente de 45 días por año y tope de 42 meses a los actuales 33 días por año y tope de 24 meses.

Fuese cual fuese la intención, Estrasburgo ha dado la razón al sindicato y «la perra gorda» a la sra. Yolanda Díaz, que tiempo ha criticó el período de cálculo indemnizatorio del despido, declarando que la indemnización actual vulnera los artículos 10 y 12 del Convenio 159 de la OIT.

El secretario de Empleo, el octubre pasado, instó a los socios de coalición a cumplir con la Carta Social Europea y afirmó que el despido en España es muy barato, saliendo a cuenta al empresario despedir y pagar esos 33 días.

Carezco de autoridad alguna para pronunciarme sobre costes del despido. Lo que sí tengo son suficientes horas en los Juzgados de lo Social como para decirles a todos ellos que, si creen que con su digna defensa de los intereses de los trabajadores van a hacer algún favor a la conciliación de las demandas para agilizar sus procedimientos y que cobren cuanto antes..., les sujeto el cubata.

*Abogada especialista en Derecho del Trabajo y Seguridad Social

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