Opinión | hoy

¡Fuera!

El escenario, siempre el mismo: cuando creemos que ya cae el telón de la tragedia que venimos representando desde siglos, volvemos a subir el telón para un nuevo acto de otra vez el odio, y no saber cuánto falta para que termine esta tramoya de todos contra todos, y el pueblo al fondo del escenario, pagando siempre el drama. El cuadro de este nuevo acto: una actriz muerta, una actriz que asiste al tanatorio y otra señora que aparece en escena. La que asiste, al enterarse de que llega la otra, grita a quienes la rodean: «Pero ¡qué hace aquí!... ¡Fuera!». Y entonces aparece el cuarto personaje, el pueblo que sufre a esas dos Españas, y pregunta: Díganos, señora actriz que grita ¡fuera!: ¿Dónde nos vamos fuera para que usted se quede a gusto y no tengamos que oírla nunca más gritar ese pero ¡qué hace aquí... ¡fuera! de siglos, ese ¡pero qué hacen aquí los judíos, los moriscos, los carlistas, los isabelinos, los liberales, los conservadores, los monárquicos, los republicanos, los rojos, los azules, los gitanos, los payos, los castellanos, los charnegos, ¡fuera todos!, y que se quede usted por fin a gusto? ¿Dónde quiere, señora actriz, que vayamos quienes no pensamos como usted, quienes no vivimos como usted, a qué tierra, a qué cultura, a qué idioma, a qué cobijo, para que usted viva en paz y ya no le oigamos nunca más su grito de ¡fuera! tan bien posicionado? ¿A qué patria donde morir de melancolía o regresar de ella para volver a expulsar o ser expulsados? Díganos, señora actriz: ¿Cuándo nos quitaremos el grito de todos contra todos? ¡Cuándo! ¿Cuándo haremos de nuestro trozo de tierra y de historia donde vivir y donde morir el trozo que nos pertenece porque no tenemos otro?

Díganos, actriz señora, usted que parece que lo tiene claro: ¿Cuándo cesará este libreto de esta tragedia con la declamación de esas palabras? ¡Cuándo! ¿Tendrá que desistir el pueblo para siempre, de su paz? Díganos, señora actriz; llevamos siglos esperando su respuesta. Díganos, usted que tan segura está de lo que sucede entre bambalinas. ¿Seguiremos sintiéndonos ajenos unos con otros, gracias a ese ¡fuera!? ¿Seguiremos fabricando inquisidores que dicten quién se queda y quién se va hasta en el funeral de alguien que ni es de la familia? ¡Buen texto para que siga la tragedia!

* Escritor

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