Comprensión lectora

El informe PIRLS de 2021, equivalente en la enseñanza primaria al PISA para los adolescentes, sitúa la comprensión lectora de los alumnos españoles por debajo de la media europea y de la OCDE, además de mostrar un notable descenso desde la anterior evaluación, en 2016. Tal reducción está muy presente en casi todas las naciones y en parte, solo en parte, puede ser atribuida al cierre escolar por culpa de la pandemia. No obstante, en comparación con otros países de nuestro ámbito, se observan en España menos diferencias derivadas del entorno socioeconómico y cultural, así como entre niños y niñas, siendo ellas en todo caso mejores lectoras.

Quienes venimos devorando libros desde la infancia, nativos de aquella entrañable etapa que aún desconocía la invasión de toda clase de artilugios electrónicos y pantallitas, aprendimos a viajar y volar con la imaginación, pilotados por insignes guías, como Verne, Dumas, Dickens, Andersen... ellos fueron los fascinantes maestros que nos iniciaron en los grandes enigmas de la vida y nos mostraron la magia escondida entre las fantásticas páginas que nos donaron. Los tiempos han cambiado a golpe de clic y bajo las pautas impuestas por la evolución digital, pero aún nos queda la responsabilidad de trasmitir a los peques el gusto por la lectura, ya que ahí reside fundamental y efectivamente la clave del hábito de leer y compresión de lo leído.

Es en el hogar y con el ejemplo donde se puede fomentar el amor al libro, efecto más difícil de conseguir en las aulas mediante textos obligatorios que, además de su carácter imperativo, pueden estar muy alejados del gusto del niño, así como tampoco se pueden esperar grandes resultados de otras iniciativas muy loables pero escasamente visibles. Sea como fuere, el informe corrobora que a mayor amor a la lectura, mejor comprensión.

*Escritora

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